Bolton, algo más que una dimisión

La historia política de John Bolton forma parte indisoluble del ascenso, crisis y decadencia de la derecha estadounidense más reaccionaria. Ejerció como uno de los teóricos reconocidos de los ahora llamados neoconservadores. A los 16 años de edad ya formó parte del comité de campaña del racista Barry Goldwater, allá por el año 1964. Tras licenciarse en derecho en la Universidad de Yale, alternó despachos de abogados bien ligados a suculentos negocios, a su vez conectados con favores políticos, con su participación en la administración pública cuando los republicanos ganaban elecciones.Su carrera estuvo apoyada por líderes como Jesse Helms y posteriormente por el actual vicepresidente. Dick Cheney lo nombró en los años noventa vicepresidente del American Enterprise Institute, donde participó en la creación del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, grupo encargado de redactar el programa del primer mandato de George W. Bush. Ahí gozaron de un desarrollo brillante las ideas sobre el dominio del mundo, las guerras preventivas y otras lindezas.Bush lo eligió en agosto de 2005 para representar a Estados Unidos ante la ONU, aprovechando que el Congreso andaba de vacaciones, al tiempo que colocó como presidente del Banco Mundial a Paul Wolfowitz, aquel halcón que pasará a la historia con este pronóstico: ''los iraquíes nos recibirán como sus libertadores''. Los mismos aliados de Bush quedaron muy sorprendidos con el nombramiento de Bolton, porque se había hecho famoso por su desprecio hacia ese organismo internacional. Llegó a decir que ''no hay tal cosa como las Naciones Unidas''. Consideraba que esta institución debía disolverse porque sólo servía como obstáculo al reino de los intereses gringos.La lista de sus asaltos a las normas de las relaciones internacionales llenaría páginas. Enemigo del Tribunal Penal Internacional. Tuvieron que apartarlo de las negociaciones internacionales con Corea del Norte sobre desarme nuclear por sus desplantes groseros. Estuvo a sueldo de Taiwan (30.000 dólares anuales) en su reivindicación de ''las dos Chinas''. Acusó a Cuba de suministrar tecnología para la fabricación de armas biológicas a otros países. Como subsecretario de Estado para el Control de Armas y Seguridad Internacional, apostó por la retirada de su país del Tratado de Misiles Antibalísticos, descuelgue que finalmente se produjo. Saboteó la Convención sobre Armas Biológicas. Proclamó que Siria e Irán amenazaban al mundo con armas de destrucción masiva. Una de sus últimas hazañas como embajador de Estados Unidos ante la ONU consistió en evitar que Venezuela lograra un lugar en el Consejo de Seguridad. Lo dicho. Su dimisión es una excelente noticia.

Rafael Morales