¿Por qué el Cabildo convoca un Día del Libro excluyente?

El sectarismo y el amiguismo son moneda de uso frecuente en el mundillo cultural, es lo de siempre y ocurre en todas partes. Lo que pasa es que aquí en las islas, dado que el marco físico y humano es tan reducido, se nota más. Somos pocos y muy mal avenidos, los escritores de aquí nos odiamos de manera visceral porque las antiguas ofensas reales o imaginarias jamás se perdonan. La ira y la rabia circulan por las arterias y alimentan el odio. Es el código siciliano que reina por estos lares. Lo peor es que las instituciones públicas, que deberían ser de todos puesto que se alimentan de los impuestos de todos, son cómplices de estas prácticas.

Este año los responsables de Cultura del Cabildo de Gran Canaria se han dejado llevar por el propósito de ninguneo de los convocantes de los actos del Día del Libro, el aniversario cervantino del 23 de abril, la fecha que debe conmemorar el prestigio de la literatura en español. De este modo, junto a la Librería del Cabildo de la calle Cano se ha organizado una firma de ejemplares y una lectura de poemas con apoyo de música clásica. Pero desde un principio la convocatoria ya vino “cerrada”: los participantes iban a ser Alexis Ravelo, Carlos Alvarez, Santiago Gil, Berbel, María Jesús Alvarado. Se añadía el sugerente latiguillo “y otros”, que dejaba abierta la incógnita.

Pero el “y otros” no se refería a que se trataba una convocatoria abierta donde también “otros” pudieran participar. Habitualmente en las ferias del libro cualquier autor puede y debe acercarse a sus lectores. Este año la Feria del Libro no se celebra en el Parque San Telmo alrededor del 23 de abril sino que con los recortes se ha trasladado a finales de mayo, con menos días de convocatoria. Pero el “y otros”de la convocatoria del Día del Libro del Cabildo de Gran Canaria, el martes 23 de abril, solo consiguió que se sumara a los elegidos el presidente de la Nueva Asociación Canaria para la Edición, Alexis García.

Los responsables de Cultura del Cabildo prestan un flaco favor a las letras canarias dejando en manos de los ninguneadores este tipo de iniciativas. Con este propósito excluyente no es raro, pues, que las letras canarias apenas despeguen de la punta del muelle.