Canarios víctimas del hampa

Dicen que Venezuela lo tiene todo. No, no es cierto. Venezuela no tiene lo más importante: libertad, derechos y seguridad. Le sobra petróleo y otras materias primas, pero también le sobra corrupción, asesinos y pobreza. Todavía no entiendo como hay seguidores de ese socialismo asesino y dictador denominado como revolucionario. Todas las muertes por asesinatos me producen un inmenso dolor, acompañado por la impotencia y la tristeza. El asesinato de mi sobrino Tomasín me ha dejado sin palabras. Estuve con él en Venezuela hace unos tres años; dicharachero, bonachón, generoso, humilde y lleno de vida. Mi familia, al igual que millones de personas que residen en Venezuela, están asustados. Son conscientes que mañana les puede tocar a uno de ellos. Por lo que me cuentan, el ambiente que se respira en las calles de Caracas es violento; cada semana las morgues se encuentran saturadas por los amontonamientos de cadáveres asesinados.

¿Eso es un país libre? ¿Eso es un país seguro?. Del mismo modo, para los adeptos de Hugo Chávez que residen en Canarias, les digo que si tanto aman al presidente militar: ¿por qué no están con él en Venezuela apoyándole?. ¿Por qué no les exigen una sanidad pública; viviendas y seguridad para vuestros hijos?. Pero si saben exigirlas en España y Canarias. Lo triste de todo esto es que todavía hay gente que te amenazan por escribir la verdad. Ese chavismo eufórico y descontrolado que te asocia con el capitalismo americano por escribir la verdad. Muchos medios de comunicación no reflejan la totalidad de lo que sucede cada día en Venezuela por temor de ser clausurados o amenazados de muertes. Muchos son los isleños que están deseosos de salir de Venezuela, pero sus condiciones económicas no se lo permiten. Muchos son los isleños que viven con el miedo a sus espaldas. Saben que salir a la calle a trabajar pueden ser las próximas víctimas de las balas del hampa. Descansen en paz esos isleños asesinados por los corruptos del hampa, alimentados por el sistema del actual presidente Hugo Chávez.

Por último, el geólogo venezolano, Gustavo Coronel define al hampa de la siguiente forma: las 16.000 muertes anuales por asesinato en Venezuela son reales, nadie las está inventando. Esa matazón incontrolada ha hecho que las morgues del país rebosen de víctimas, las cuales son tratadas con indiferencia por los empleados quienes ahora protestan por la aparición de una fotografía. Puede decirse con entera propiedad que Venezuela está en manos del hampa.

También con propiedad puede decirse que buena parte del hampa está en Miraflores, en la Asamblea Nacional, en el mal llamado Poder Moral y en las organizaciones policiales y armadas del estado. El estado venezolano es hamponil. Los miembros de los poderes públicos son frecuentemente pícaros, muchos son delincuentes y todos viven al margen de la ley, obedeciendo los deseos del déspota y cumpliendo sus órdenes.

Quien desea vivir bajo un estado hamponil? Quien no desea salir del hampa? No hay dudas de que una mayoría del país quiere salir de esta pesadilla. Lo único es que no parece saber como hacerlo. Los venezolanos están partidos en tres grandes fragmentos: uno, que se ha entregado al hampa y que vive recibiendo dádivas del hampa o pagando vacuna para que los dejen quietos; otro, que lucha como puede contra el hampa; un tercero, compuesto por los llamados ni-nis, que dice que no le gusta “ni esta hampa ni la anterior” y no se ha dado cuenta de que su indecisión apoya al hampa actual y de que ellos son víctimas indirectas, si no directas del hampa.

Rafael Lutzardo