Carbón para un asadero

Es cierto que en la mayor parte del planeta sigue sin funcionar el servicio de correos, no hay papel, los bolígrafos que mandó una ong se gastaron, y por tanto, los Reyes de Oriente ni se enteraron que existen otros niños que no son ni europeos, ni norteamericanos ni japoneses. Aunque Sus Majestades no lo supieran, esos otros niños que habitan África, Latinoamérica y Asia durmieron cansados de trabajar la noche del 5 de enero, y amanecieron el día seis descalzos, como siempre, y caminaron en dirección a las fábricas para que la maquinaria del capitalismo no se pare y usted y yo podamos disfrutar de productos baratos en las rebajas que comienzan mañana.

Pero hablemos de cómo se portaron los Reyes Magos con los adultos. Vayamos a algunas casas de hombres públicos de las islas. Se me ocurre visitar primero la casa del personaje del fin del año político en Gran Canaria: Carmelo Padrón. Junto a los planos de proyectos arquitectónicos que pidió y los aburridos libros de Derecho Urbanístico nos encontramos con un inmenso saco cargado de carbón. Carmelo Padrón se ganó el carbón a pulso, por marcharse como un niño asustado, en plan inocentada, destapando las vergüenzas públicas de un gobierno municipal cuyo máximo responsable se enteró de la marcha de Padrón en el aeropuerto. Llegó como una estrella política y se marchó como una estrella fugaz.

En el bello pueblo palmero de Mazo los Reyes dejaron otro saco de carbón. La casa donde Jerónimo Saavedra suele recibir el año nuevo fue retratada en los periódicos como el castillo donde el rey meditaba los cambios en la Corte. Pero se equivocaron los cronistas, el rey no suspendió la fiesta para dedicarse a la meditación. Y no hay intenciones de cambiar mucho el gobierno de la Corte, aunque los aspirantes a heredar el trono siguen con las espadas afiladas y las intrigas palaciegas. La parte cómica de la tragedia la puso Pepa Luzardo, que no esperó a ver la sangre derramada para ofrecerse como socorrista. La imagen pública del ayuntamiento sigue siendo la misma que la del año pasado, seguimos sin saber si el alcalde se marchó o no ha llegado todavía, si pasa de todo o sigue amando un montón a esta ciudad pero le gusta disimularlo. Siete meses de gobierno de Saavedra nos han bastado para saber que los espíritus de los personajes que Agatha Christie repartió durante su estancia en el Hotel Metropole siguen vivos, los habíamos visto en plena forma en la época del gobierno del time sharing y ahora han regresado de las fosas donde se escondieron durante los doce años de gobierno derechoso.

Sus Majestades también se acercaron a el Sauzal, y dejaron un buen saco de carbón en la casa de Paulino Rivero. Los reyes han castigado al responsable de un gobierno que sigue llevándonos al abismo: se olvidó de explicarnos el presidente durante su discurso de año viejo por qué durante el 2007 el paro subió en Canarias casi un 14% , frente al incremento del 5,27% a nivel estatal. Y se atreve Paulino a decirnos que nos va a defender de las instituciones que nos traten mal. Por favor, Paulino, regrese usted a las aulas y deje de defendernos.

También pasaron por Tafira los Reyes Magos, y dejaron en la casa de José Manuel Soria otro buen saco de carbón, porque alguna responsabilidad tendrá el consejero de Economía de la evolución del desempleo durante los primeros siete meses de su mandato. Tanto acusar a López Aguilar de diputado sietemesino y este gobierno ha demostrado en ese mismo período de tiempo que no hace falta que pase un año para lograr que se enfaden contigo los profesores, los médicos, los parados y los que dejaron de cobrar las ayudas básicas porque te falló “el sistema informático”.

Ahora sólo nos queda esperar a que Padrón, Saavedra, Rivero y Soria sean generosos y nos ofrezcan sus sacos de carbón. Podríamos organizar el primer asadero del año. Para avivar el fuego nos echarían una mano la consejera de Educación Milagros Luis y la de Sanidad Mercedes Roldós, que como ya están un poco quemaditas supongo que no tendrán mucho miedo del fuego. López Aguilar podría traerse su guitarra y tocarnos ese tema de Ketama que dice “vente pá Madrid”, aunque para que no se produzca una división entre los autodenominados nacionalistas y los otros debemos invitar a cantar a Pepe Benavente, por favor, que las audiencias mandan. ¡Feliz asadero!

Juan García Luján