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Dar ejemplo

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Paco Santiago dimitió de su cargo de concejal de Telde y presentó formalmente la denuncia en el ayuntamiento tras ser condenado a siete años de inhabilitación por prevaricación administrativa. La sentencia no es firme y de hecho él ha anunciado que la recurrirá, pero antes de presentar el recurso dimitió, aunque no esté obligado por ley. Otros habrían esperado unos años a que una instancia judicial superior se pronunciara definitivamente y así aferrarse al sillón un tiempo más. Creo que acertó en su renuncia.

Es práctica habitual entre los políticos alargar su vida pública cueste lo que cueste. El ex alcalde de Telde durante 24 años, que se dice pronto (34 en la corporación como edil), está acostumbrado a padecer la pena del banquillo y del telediario. Ha sobrevivido a 20 querellas (todas archivadas) y ha sido absuelto de dos juicios, en uno de los cuales esperó pacientemente procesado 23 años hasta que lo juzgaron.

De Santiago Castellano se puede discrepar política y personalmente. Incluso se le puede afear que se crea que alcalde es una profesión que puede consignarse en el DNI. Sin embargo, ni ha robado ni ha sido condenado por corrupto. En su ciudad hay concejales (incluida la alcaldesa actual) del grupo gobernante que están imputados por corrupción económica.

Finalmente a él lo han condenado por permitir la edificación del centro Yrichen para atender a toxicómanos en un suelo rústico sin licencia municipal. Santiago asegura que los informes técnicos y jurídicos respaldaron su decisión.

El cura Jorge Hernández Duarte, alma máter de Yrichen (Premio Reina Sofía), le dijo que podía irse con la cabeza bien alta. Él piensa lo mismo y muchos miles de teldenses también. Se ha ido con la cabeza alta y así piensa volver cuando se resuelva el recurso. Aún no ha pronunciado su última palabra. No se puede infravalorar a alguien que ha salido indemne de tantos juicios.

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