Otra de despojos

Sería el caso de las cuatro ranas de porcelana de la Plazuela; o de la mesa de cantería con su chapa de bronce del reloj de sol que estuvo en la esquina de la misma plazuela con Lentini. O de las barandillas bajas que, en tiempos, unían las bases de los perros de la plaza de Santa Ana. O los bancos de piedra de San Telmo. Y tantas y tantas cosas más que pueden estar olvidadas en los trasteros municipales, que han ido a parar directamente a la basura o que igual se las ha llevado a casa algún listo por mor del coleccionismo fetichista. Todo pudiera ser.

Iba a seguir por aquí cuando me tropiezo con la repetición de la lista de despojos canariones a Tenerife que publica, un día sí y otro no, el periódico santacrucero que ustedes saben. Sigue en la línea de enzarzar a grancanarios y tinerfeños. Necesita hacer ruido para que el personal olvide los asuntillos judiciales que penden sobre algunos de sus prebostes. El viejo truco.

Debería saber el dicho chafardero que cada día funcionan menos tales recursos ante el flujo informativo de un mayor número de medios que pone en evidencia su decimononisno reaccionario. Pero no lo sabe y ayer dio nueva vuelta de tuerca al delirante argumentario por el que fuera nominado su editor al premio Canarias. Tras la enumeración de los supuestos despojos a Tenerife, largó que a este paso, sólo le falta a los canariones “reclamar el derecho pernada sobre las mujeres de Tenerife; y el día que lleguemos a eso, habrá que ver lo que hacen nuestros 'machos' políticos de todas las formaciones”. Agüita.

El párrafo se comenta solo. Basta su reproducción para poner de manifiesto toda una mentalidad editorial que habrán de calificar ustedes. Creo que al matutino de marras le puso de los nervios el levantamiento parcial del secreto del sumario de Las Teresitas y pretende distraernos echando a pelear a tinerfeños y grancanarios. Pero eso no cuela ya; para su desgracia.