Economía y elecciones

El señor Solbes ha afirmado, sin embargo, en declaraciones mediáticas, que “la economía no es determinante en unas elecciones”. El indeterminado resulta tramposo. Quizás no sea la economía factor determinante en ciertos procesos electorales, pero va a ser fundamental en éste. Al Gobierno, la crisis le ha pillado a contrapié y, seguramente, ZP, está arrepentido de no haber adelantado las elecciones como le aconsejaron algunos buenos aconsejadores de su entorno antes de la llegada de la bicha peluda. La bicha hubiese llegado igual si en La Moncloa se hallase instalado el PP, pónganle el cuño. Pero, ahora, la oposición, astuta y comprensiblemente, intenta trasmitir la idea de que todas nuestras cuitas dinerarias, adquisitivas y demás son consecuencia de una mala gestión por parte del Ejecutivo. Rajoy no ha recurrido, como otras veces, a denunciar el peligro de ruptura de la nación o a la defensa a los valores cristianos como otras veces, sino que ha acusado a Zapatero de ser un peligro para la economía familiar.

No obstante, Solbes insiste. La economía no será el eje sobre el que gire la confrontación electoral. Una falsedad. En estos momentos, la zozobra económica es lo que más preocupa al elector medio. Por encima del paro, la vivienda y el terrorismo (aunque las dos primeras cuestiones también guarden relación con la política económica). Contradiciendo al ministro, su propio partido, el PSOE, y el aspirante a la alternancia, el PP, otorgan un papel de protagonismo indiscutible a la economía en sus programas. La mayoría de las principales propuestas giran en torno a ella. Ambas fuerzas insisten, con pequeñas diferencias, en reformar el IRPF, ambas prometen suprimir el Impuesto del Patrimonio, ambas pretenden subir el sueldo base, ambas planean medidas que frenen la subida incontrolada de los precios, etcétera? Con diferencia de matices y de estrategias, los dos partidos mayoritarios de la nación hacen de los aspectos económicos y de sus posibles soluciones el meollo de sus ofertas cara a las urnas. Lo cual no sólo demuestra la oquedad fraseológica de don Pedro Solbes, sino que pone en evidencia la realidad de una crisis galopante que será el centro, sin duda, de la batalla electoral.

José H. Chela