Educación da la espalda a la OCDE

España, Canarias concretamente, es la sede de la IV Conferencia Ministerial de Economía Digital de la OCDE. Este acontecimiento es de una importancia sobresaliente. Naturalmente no tiene la trascendencia mediática de un evento internacional como, por ejemplo, la Copa del Mundo de Fútbol, pero para la ciencia aplicada al universo de las llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es la cumbre del año. Y para nuestra tierra, que competíamos con Japón, es un hito de una trascendencia histórica de la que, estoy convencido, recogeremos sus frutos durante la década.

Por si alguien no lo sabe, la OCDE es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos​. Es un organismo de cooperación internacional compuesto por 38 estados, ​​ cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales. La OCDE fue fundada en 1961 y su sede central se encuentra en París.

En el Palacio de Congreso de Maspalomas -Expomeloneras- están reunidos un millar de personas y 50 delegaciones oficiales de 50 países, tanto de miembros de la OCDE como invitados. A lo largo de esta semana, Canarias es el epicentro del mundo digital. No es una exageración esta última afirmación. Anoche, en una entrevista en directo para TVE, nuestro presidente Ángel Víctor Torres lo recordaba e insistía en la importancia de estar a la vanguardia en este ámbito.

Pues en el Gobierno de Canarias, hay una consejería, la de Educación dirigida por Manuela Armas, que está inmersa en un proceso de regresión digital. Las TIC, que protagonizan muchas de las comunicaciones internas que la Consejería de Educación de Canarias envía a los institutos y colegios del Archipiélago, son los recursos y herramientas que se utilizan para el proceso, administración y distribución de la información a través de elementos tecnológicos, como ordenadores, teléfonos, televisores o pizarras electrónicas.

Pues esta semana, ayer para ser precisos, veinticuatro horas después de que el Rey de España presidiera la cena inaugural de tan emblemático evento, la Consejería de Educación envío una comunicación a todos los institutos  para informarles que las reuniones de los claustros de la próxima semana y del resto del curso serán presenciales. Las TIC y el compromiso de los docentes fueron fundamentales para que la Educación, en mayúscula, le ganara la batalla a la pandemia. Todo era digital y desde todos los ámbitos, especialmente desde la Consejería de Educación, se celebró la puesta a punto, en tiempo récord, de los profesionales isleños.

Pues ahora, la citada consejería, además de invadir la supuesta autonomía de los centros educativos,  toma una medida absolutamente regresiva para el universo digital e insostenible para el medio ambiente. Sin necesidad ninguna, miles de docentes contaminarán la atmósfera con sus autos camino de los centros, colapsarán aún más las atestadas carreteras de las islas. En fin, todo un despropósito por un capricho que ha caldeado aun más el ambiente de los IES.

Es unánime la opinión de los docentes de que las reuniones con los padres deben de ser presenciales, como lo son y como eran antes y después de la pandemia. Lo que no tiene sentido es prohibir los claustros virtuales cuando solo tiene ventajas para la humanidad. Y para el propio desarrollo educativo y organizativo de los centros escolares. Mientras, las sedes administrativas de la Consejería son un búnker para frenar el virus, todo con cita previa, pero ese criterio no se aplica a los profesores. Todos juntos y revueltos por un capricho anacrónico.

No es la única decisión regresiva que toman los técnicos de Manuela Armas. La última nube que han creado en la consejería, de uso exclusivamente interno y que permite la conexión entre los docentes, ahora no les sirven porque, alega, atenta contra la privacidad del alumnado, ya que los docentes tienen que transmitir información de los estudiantes a las tutorías. Como siempre se ha hecho y se hará, con nube o sin nube digital.

Mientras Canarias es la capital mundial de las TIC gracias a la IV Conferencia Ministerial de Economía Digital de la OCDE, la Consejería de Educación regresa al siglo XX.