Espacio de opinión de Canarias Ahora
Energía y movilidad sostenibles
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) promovió en esta edición el lema 'í Deja el Hábito ! Hacia una economía baja en C02', para tratar de persuadir a la comunidad internacional de la necesidad de frenar las emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal causa del cambio climático.
Ban Ki-Moon, secretario general de Naciones Unidas, llamó a la comunidad internacional a rebajar drásticamente las actuales emisiones de dióxido de carbono y destacó que ese compromiso corresponde a todos: “Seas individuo, organización, empresa o gobierno, hay muchos pasos que se pueden dar para reducir la huella del CO2”.
Desde Gran Canaria y Canarias también podemos y debemos contribuir a esa apuesta por un desarrollo sostenible. Es imprescindible el compromiso activo contra el cambio climático, lo que supone actuaciones decididas en múltiples ámbitos, desde la eficiencia energética a la movilidad sostenible, pasando por el adecuado tratamiento de los residuos.
Mientras en las Islas se han incrementado las emisiones de CO2 un 70% en los últimos años, con un claro incumplimiento del Protocolo de Kyoto, el Gobierno de Canarias no ha sido capaz de impulsar un modelo energético con mayor peso de las energías renovables, para las que tan buenas condiciones tiene el Archipiélago.
Dependientes
Seguimos siendo muy dependientes del exterior, en este caso del petróleo; pero también lo seríamos si se implantara el gas, que bien es verdad que reduce algo las emisiones contaminantes de dióxido de carbono pero que tampoco significa una panacea.
Justamente esta semana se reabría el debate sobre la implantación del gas; un tema en el que hemos sido muy claros: si finalmente se implanta una regasificadora debe hacerse desde el máximo nivel de seguridad para las personas y las mayores garantías medioambientales, para lo que parece una alternativa adecuada la planta 'off shore', ubicada en el mar a algunos kilómetros de la costa.
Como se sabe, las alarmas han saltado en todo el mundo ante la actual crisis energética, con una constante elevación de los precios del crudo, acercándose ya a los 150 dólares/barril. Y, además, hay que recordar que tanto el petróleo como el gas son, además de altamente contaminantes, recursos finitos. Sometidos, asimismo, a los vaivenes geoestratégicos de algunas potencias y a los intereses de grupos de presión, cosa aún más apreciable en el gas al ser menos los países productores.
Nuestro planteamiento es claro. Las administraciones públicas debemos trabajar por un modelo basado en el ahorro y la eficiencia energética. La tradicional cultura del ahorro de agua de los canarios debemos ahora aplicarla también en la energía y en el transporte. Y apostar, de manera decidida por las energías renovables, especialmente por la eólica y la fotovoltaica, así como la vinculada con el mar, con grandes posibilidades de desarrollo en nuestras Islas. En tal sentido, planteamos medidas como crear un sistema de beneficios fiscales para las empresas que utilicen energías renovables o elaborar una Ley Canaria de Energías Renovables, que garantice su control público.
Junto a la producción energética, el otro elemento clave en los altos niveles de emisiones de CO2 que se producen en las Islas es nuestro insostenible modelo de movilidad. Tenemos una media de coches por habitantes de 0,69, en un territorio insular y fragmentado, muy superior al 0,44 estatal. De cada siete personas que se mueven, seis los hacen en vehículo privado y sólo una en transporte público. Como he señalado en otras ocasiones, contrastan vivamente esas cifras con las políticas de la Unión Europea en favor del desarrollo sostenible.
En la Ley de Directrices de Ordenación General ya se apunta la necesidad de dar prioridad a los modos colectivos de transporte y establecer un sistema “que permita reducir el consumo energético total por los diferentes modos de transporte y el consumo de suelo por las infraestructuras de transporte, prestando especial atención a la demanda de los sectores sociales menos favorecidos económicamente y a la de aquellos colectivos que presentan algún tipo de movilidad reducida o demandan un transporte especial”. Asimismo, se insiste en el establecimiento de un sistema intermodal que debe estimular el uso de los transportes colectivos y reducir la necesidad de uso del vehículo privado, así como en las redes de transportes públicos regulares de viajeros, “vinculados con redes de aparcamientos disuasorios y articulados con las redes del sistema insular”.
Convencidos de la necesidad de actuar consecuentemente en esa línea, desde Nueva Canarias apoyamos de forma decidida al transporte público, guaguas y taxis, y trabajamos por la implantación de modos de transporte guiado en Gran Canaria, con el objetivo de mejorar la movilidad, disminuir el tráfico, la siniestralidad y la contaminación. Porque una movilidad sostenible y un consumo energético responsable y eficiente, así como una apuesta decidida y firme por las energías renovables constituyen los elementos centrales para la disminución de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
* Presidente de Nueva Canarias.
Román RodrÃguez*
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