Espacio de opinión de Canarias Ahora
Espoo Cine 2009
Sea como fuere, la realidad es que el festival de cine de Espoo ?más conocido como Espoo Ciné- ha cumplido, este año 2009, veinte años.
Están los que piensan, como es el caso de uno de los espectadores con los que tuve la oportunidad de hablar durante el festival, que Espoo no es un “auténtico” festival, porque no se entregan premios.
La verdad es que en Espoo sí se entrega un premio, dos para ser exactos: el Méliès de plata, a la mejor película de género fantástico y el Méliès de oro, al mejor cortometraje. Claro que, al tratarse de un premio a una producción de género, no goza ?por lo menos para este espectador- de la misma consideración que los premios que se entregan en otros certámenes.
Después están los que no consideran a Espoo Ciné como un “verdadero” festival, dado que ni tiene alfombra por donde desfilan los invitados y, por tanto, carece de glamour. Este razonamiento, el cual me han expresado varias entendidos de las islas, es tan sólido como un castillo de naipes. Ni las alfombras, ni el glamour son necesarios para un festival de cine.
Lo que debería primar es una buena programación, la cual llegue a la mayor cantidad de público posible y, les puedo asegurar, que Espoo Ciné es un buen ejemplo de esto último.
Por todo ello, asistir cada año hasta el centro cultural de Tapiola resulta no solamente un enorme placer, sino una experiencia profesional de las que no se olvidan.
Por añadidura, y al tratarse de un aniversario tan señalado, Espoo Ciné no solamente amplió los días en lo que se celebró, sino que también aumentó la oferta para todos aquellos que se acercaron hasta los diferentes cines en los que se proyectaron las películas de su programación.
Hubo tiempo, como en otras ocasiones, para disfrutar con una cuidada muestra que estuvo dedicada a Cien Años de historia del Cine Español, y de un seminario ?dedicado al futuro del cine- tan interesante como actual.
En cuanto a las secciones que ofreció el festival, hubo una mezcla entre algunas habituales en los últimos años, con otras pensadas para darle mayor prestancia al veinte aniversario. Éste fue el caso de una sección dedicada específicamente a algunas de las mejores películas presentadas durante estas dos décadas. Entre todas destacaría títulos como El Piano, de Jane Champion; Secretos y mentiras, de Mike Leigh; La Pianista, de Michael Haneke; o la española A mi madre le gustan las mujeres, dirigida por Daniela Fejerman e Inés París.
Otras secciones que debutaron en esta edición fueron La Célèbration Française y Palestine, dedicadas al cine galo y a las producciones rodadas, tal y como pone en el catálogo del festival a la sombra del muro que separa a judíos y palestinos.
Entre las secciones habituales del festival se encontraban Espoo Ciné Selection; Pink Zone; Joyas del cine finlandés; Películas para niños y jóvenes; el grupo de películas que conforman, la gala inaugural, de clausura y la gala dedicada al director finlandés del año (Headline features); la sección dedicada al cine español (El mundo español); y la ya comentada sección dedicada al cine fantástico, también conocida como Méliès D?argent Competition.
Desde el pasado año, Espoo Ciné cuenta con una sección de películas, “de media noche” (Midnight Madness) en la que se proyectan largos para todos aquellos que disfrutamos con las emociones fuertes, a imagen del festival de Sitges y sus largas y terroríficas secciones nocturnas.
Cine español. Una crónica visual fue el título de la exposición que se pudo disfrutar durante los días en los que se desarrolló el encuentro y, por méritos propios, se convirtió en uno de los espacios más visitados por los asistentes, además de las propias salas de proyecciones.
La muestra, la cual contó con el soporte de la Embajada Española en Helsinki, está organizada y promovida por el Instituto Cervantes. Ésta, comisariada por Jesús García Dueñas, supuso una inmejorable oportunidad para que los habitantes de este pequeño país nórdico conocieran, de primera mano y sin estridencias, la historia del cine español.
García Dueñas, historiador, amante confeso del cine y un gran relaciones públicas, ha logrado reunir una colección de imágenes que no solamente nos cuentan cien años de cine español, sino la historia de nuestra nación, contada gracias a las películas que, en cada década, se estrenaron.
Para el visitante, entrar en la sala que albergó la exposición fue como comprar un billete en la máquina del tiempo, descrita por H.G. Wells y, luego, viajar por los grandes hitos de la cinematografía hispana.
Bajo el epígrafe The End of film - The futuro of cinema, Espoo Ciné quiso aportar un poco más de luz al futuro de un medio como el cine en medio de una era de grandes cambios, no solamente técnicos, sino también en las costumbres de los espectadores.
El seminario -impartido en inglés y que se alargó hasta las tres horas de duración- cumplió con la premisa de partida y despejó algunas de las incógnitas a la que hacía referencia el título.
La verdad es que todos y cada uno de los asistentes dieron una verdadera “lección magistral”, aportando sus puntos de vistas sobre cuál será el cine que veremos en los próximos años. Lo mejor de todo es que los participantes dejaron a un lado el academicismo que tanto empantana este tipo de seminarios y ofrecieron ejemplos y datos concretos de hacia dónde se dirige el mundo de la exhibición y la distribución cinematográfica.
Especial importancia tuvo todo aquello que tiene que ver con Internet ?y sus posibilidades- y las 3D en pantalla grande, toda una nueva revolución, tras los desiguales ejemplos de décadas anteriores.
Al final, nos quedó claro que si bien el cine tiene la vida asegurada, la forma en la que lo veremos, no será la misma que ahora.
Por último me gustaría destacar un elemento, el cual se pudo ver en buena parte de las secciones que formaron la programación del festival. Me refiero al empeño de los responsables del evento por denunciar conductas y/o comportamientos que cada día condicionan más a las sociedades humanas. De entre todas esas conductas y comportamiento, el más denunciado por las películas proyectadas en Espoo Cine es el fanatismo religioso y los efectos que causa en las personas, especialmente en las mujeres.
Películas como la finlandesa Kielletty Hedelmä (La fruta prohibida); la galardonada Camino, de Javier Fesser; o la demoledora The Stoning of Soraya M demuestran cómo la religiosidad mal entendida desemboca en un fanatismo que termina por afectar a las sociedades que las practican. Las víctimas de todo ello suelen ser mujeres a las que se priva del sagrado y divino derecho a ser libres. De todas, es difícil saber cuál es más terrorífica y demencial.
El otro elemento que también estuvo muy presente en la programación de Espoo Ciné fue los conflictos raciales en el mundo de hoy, el cual se resume en las siguientes dos películas francesas: La journée de la jupe ?magníficamente interpretada por la actriz gala Isabelle Adjani y Française, cinta franco-marroquí, que formó parte de la sección Para niños y jóvenes.
Para el final, Espoo Ciné se reservó el estreno de la última locura de Quentin Tarantino Inglourious Basterds, queriendo despedirnos a todos con una gran producción, llena de los excesos tan del gusto del director americano.
Fue un digno broche final para un festival capaz de reunir todo un mosaico del cine que se realiza en nuestro mundo y sin perder las raíces del encuentro, sobre todo en lo que se refiere al cine de género.
El futuro no está escrito, pero me encantaría poder estar para celebrar, dentro de cinco años, las bodas de plata del evento. A buen seguro que merecería mucho más la pena y eso que este año han colocado el listón muy, pero que muy alto.
Agradezco a todas las personas que trabajan en la organización del festival la profesionalidad y ayuda demostrada durante los días que duró el festival.
Eduardo Serradilla Sanchis
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