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Estilo “gamberro”
Hace unos días el alcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo, declaraba que su antecesor en el cargo, Juan José Cardona, “dejó de pagar, con un estilo gamberro, las facturas que presentaba Emalsa, al discrepar por los servicios de saneamiento”, añadiendo que “ahora pagamos las bravuconadas del alcalde pasado”. También lo responsabilizó del “agujero” que provoca el fallo judicial.
Esto viene a cuenta de que el Ayuntamiento ha sido condenado a pagar a Emalsa 6.635.856,91 € correspondientes al saneamiento de todo el año 2013 y a los meses de enero a abril de 2014, más 628.553 € por intereses de demora. En total, 7.264.409,91 €.
De las frases del alcalde Augusto Hidalgo se podría interpretar que su antecesor, Cardona, dejó de pagar unas facturas a Emalsa sin motivo alguno, a las bravas, dejando un “agujero” en la tesorería del Ayuntamiento por no haber previsto el pago de dichas facturas. Nada más lejos de la realidad.
Empecemos por el final, por el “agujero”. Se denomina así a las deudas que dejan los concejales de un grupo de gobierno, consecuencia de gastar lo que no está en los presupuestos. En los presupuestos municipales de los años 2013, 2014 y 2015 hubo consignaciones para el pago de las facturas que Emalsa presentó en concepto de saneamiento, según el contrato de concesión de 1998. Otra cosa diferente es que, a criterio de los técnicos municipales, Emalsa no haya justificado convenientemente el gasto, y las facturas hayan sido rechazadas, que es lo que ha sucedido. Hay que dejar constancia que el importe de las partidas de saneamiento siempre ha estado incluido en el presupuesto municipal.
Para entendernos, “agujero” es el que dejó el Concejal de Hacienda municipal – el famoso Roland – en el ejercicio 2008 del mandato de Saavedra, que al cierre del ejercicio tenía facturas por 48 millones de euros que no estaban incluidas en el presupuesto del año ¡Eso sí que fue un verdadero boquete!
En 2013, Emalsa emite certificaciones mensuales (por la doceava parte del importe anual: 4.973.480,10 €) sin presentar justificantes de los gastos que conllevan los trabajos de saneamiento, por más que fue requerida por el Ayuntamiento para que los presentase. El Técnico municipal responsable se niega a firmar el conforme a las certificaciones e informa a la Intervención General municipal, que le recuerda – todo siempre por escrito – que la base de ejecución presupuestaria 22ª 2 establece el trámite de las facturas que deben cumplir todos los proveedores del Ayuntamiento. Emalsa lleva desde 1998 sin cumplir dicho trámite.
En 2014, con sus propios fondos, el Ayuntamiento encarga a una consultora externa – “Análisis Ingenieros” – un trabajo denominado “Evaluación del grado de cumplimiento del servicio de saneamiento en el municipio de Las Palmas de Gran Canaria en la gestión realizada por la empresa concesionaria Emalsa”.
“Análisis Ingenieros” emite un avance de informe con fecha 9 de septiembre de 2014 en el que dice que el importe justificado por Emalsa en el año 2013 asciende a 579.477,21 €. La Unidad Técnica de Aguas hace un informe diciendo que con ese grado de cumplimiento, no se puede tramitar las facturas de Emalsa por importe de más de 4,9 millones de euros.
El 5 de diciembre, Análisis Ingenieros emite un segundo informe, que esta vez se llama “Análisis de los medios puestos a disposición y los servicios prestados durante el año 2013 en materia de saneamiento en el municipio de LPGC en la gestión realizada por la empresa concesionaria EMALSA. Definitivo”, en el que eleva a 4.250.527,53 € el importe justificado por Emalsa en 2013. No sé si es habitual en los trabajos de consultoría cambiar el nombre del encargo y de parecer, pero es evidente que algo pasó…
La Unidad Técnica de Aguas emite otro informe el día 16 de diciembre y lo envía a Emalsa, pidiendo que presente certificación por este segundo importe de 4,2 millones de euros antes de final de mes para así abonarlo. El 19 de diciembre Emalsa presenta un escrito en el Ayuntamiento acompañando nuevamente las facturas análogas a las presentadas anteriormente, por el mismo importe de 4.973.480,10 € que el Ayuntamiento no puede pagar, ya que el importe justificado era de 4,2 millones de euros.
Por supuesto, Emalsa había presentado una demanda en 2014 contra el Ayuntamiento, cuya sentencia se conoció la semana pasada.
Con todos estos trámites de los que hay constancia escrita en el Ayuntamiento, ¿Cómo puede Augusto Hidalgo decir que Cardona dejó de pagar las facturas con un estilo gamberro? Es inconcebible el uso de la palabra gamberro en boca de un alcalde, y referido a su antecesor. Y más en este caso en el que el impago de las facturas ha estado perfectamente documentado entre el Técnico que tenía que firmarlas (para que se pagaran), la Intervención General del Ayuntamiento, y la actitud de Emalsa, haciendo caso omiso a los importes que la consultora dice.
Lo del estilo gamberro es grave, pero más grave sería que el Ayuntamiento no recurriera la sentencia, por el interés general de la ciudadanía, que a la postre es la que tendrá que pagar. He oído a algunos socialistas, antiguos miembros del gobierno municipal de Saavedra, diciendo que el Ayuntamiento debe consignar el importe de la sentencia y recurrir, sin ningún género de dudas. La oposición y el sentido común dicen lo mismo. Pero el equipo de gobierno se lo está pensando.
Sería muy grave que, con la información que hay disponible de lo que ha pasado en Emalsa en los últimos años, la Junta de Gobierno del tripartito municipal mirara para otro lado y no recurriera la sentencia. Estaríamos hablando del “estilo amiguito” por parte de Augusto Hidalgo.
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