Los 400 euros por EDITORIAL

Hoy la desaceleración de la economía española deviene en parte de que se han colapsado los canales que financiaban el consumo. Es evidente que la economía española crecía en buena parte financiada por capital extranjero porque es casi ocioso insistir en que en España no se generaba ahorro bastante para financiar los niveles de inversión y consumo de años precedentes y la duda de quién tiene productos subprime ha llenado de desconfianza al sector bancario internacional.

Inyectar consumo interno a la economía es buena medida para la coyuntura actual. Crear déficit sería suicida en esta situación. Pero ese no es el caso. Esos 400 euros consumen la cuarta parte del superávit español y debería haber sido un buen motivo para un debate de alternativas Porque no es España aún un país equiparable a los mejores en atención social ni en investigación y desarrollo. Ni en medioambiente. Esa cuarta parte del superávit español va a financiar el consumo interno sin que sepamos si existe alternativa más productiva.

Pero, ¿y las formas?. Sólo se justifica el movimiento de ficha de Zapatero en función de no querer hipotecar a otro presidente posible ganador de los comicios. Por eso dice el presidente que la medida será efectiva si resulta ganador en marzo. Pero lo que hizo el presidente, que no es otra cosa sino anunciar una rebaja del IRP,F tiene contornos populistas casi peronistas.

Es claro que la crisis económica española, de confirmarse, no es culpa de Zapatero. Tiene sus raíces en la coyuntura mundial. Oír a Rajoy es disparar el voto útil. Para los votantes potenciales del presidente no hay mayor acicate que dejar que hable Rajoy.

Una de las principales razones del éxito español en la democracia es que la economía y la hacienda ha sido liderada siempre por ministros sólidos y solventes, gobernando el Partido Socialista o gobernando el Partido Popular. Estas incursiones de Zapatero, cuchillo en mano contra la tarata de los presupuestos tiene déficits formales. Importantísimos en democracia.