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Un futuro de diversificación económica

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Uno de los objetivos prioritarios del gobierno progresista del Cabildo de Gran Canaria es la diversificación económica de la isla. Trabajamos en el desarrollo de nuevos sectores económicos que reduzcan la dependencia del turismo, que nos permitan transformar de manera sostenible y justa nuestro modelo de desarrollo y que nos hagan menos dependientes del exterior y, por lo tanto, más resistentes frente a futuras crisis en un contexto de mucha inestabilidad.

Por ese motivo, cuando el Gobierno de España abrió la convocatoria para presentar candidaturas que albergaran la sede de la futura Agencia Espacial Española (y el plan de desarrollo de la industria aeroespacial que lleva asociado), no lo dudamos ni un momento y elaboramos una sólida candidatura cimentada, entre otras cosas, en la existencia de un centro espacial en el sur de la isla que ha sido esencial para muchas misiones, en nuestro tejido empresarial, en profesionales formados, en nuestros centros universitarios, en nuestro  clima adecuado…

La determinación de otorgarle la sede a Sevilla ha sido una enorme decepción. El Gobierno tendrá que fundamentar muy bien la decisión o la recurriremos (ya hemos encargado un informe). La descentralización anunciada de las sedes de los organismos y agencias estatales no puede marginar a los territorios despoblados o a los insulares como el nuestro. Y es que la Agencia Aeroespacial suponía una oportunidad histórica de diversificación para la isla y teníamos una candidatura muy bien armada. Sevilla tiene una enorme experiencia aeronáutica, pero no espacial. Gran Canaria sí la tiene y más con el acoplamiento de servicios y centros que existen en Tenerife y Fuerteventura, que venían a enriquecer y diversificar la candidatura. Esperemos que nuestra condición de ultraperificidad no haya actuado como una condición disuasoria, porque sería inaceptable.  

Esta misma semana ha tenido lugar en Gran Canaria un evento de gran importancia que viene a poner de relieve nuestras potencialidades y las del archipiélago como foco de innovación. La isla fue la sede de la Conferencia Ministerial de Economía Digital de la OCDE 2022, con el lema “Impulsar la recuperación y el crecimiento económico a largo plazo construyendo un futuro digital fiable, sostenible e inclusivo”. Se reunieron en la isla los ministros y ministras encargados de la digitalización de todos los países de la OCDE (las principales economías del mundo). Una oportunidad extraordinaria para afianzar el papel de Gran Canaria en el ámbito digital. El miércoles yo mismo pude explicarles a los responsables políticos de los más de 50 países  presentes el trabajo de Gran Canaria en esta materia y las posibilidades de inversión que presenta la isla. También hubo un espacio para el encuentro con la Confederación Canaria de Empresarios. Sin duda esta cita ha supuesto una enorme oportunidad para proyectar los valores de nuestra isla y para atraer inversiones a Gran Canaria y Canarias, algo en lo que van de la mano las distintas administraciones y el sector empresarial.

La digitalización juega un papel clave en la sostenibilidad y en la descarbonización de la economía. Por ello en Gran Canaria estamos trabajando en este sentido con la iniciativa Smart Island (Isla Inteligente). Gran Canaria Smart Island está destinada a utilizar las herramientas digitales para la mejora de los servicios públicos (por ejemplo, el transporte), para modernizar la administración y hacerla más eficiente y cercana a la ciudadanía, así como para hacer frente a retos climáticos (como la prevención de incendios o la gestión del ciclo integral del agua) y para gestionar de manera más eficiente y sostenible nuestro turismo o las  infraestructuras públicas.

Las islas presentan un entorno ideal para la inversión en proyectos de estas características. Tenemos incentivos fiscales que cubren hasta un 75% de la inversión, la mayoría de las actividades gravadas al 4%, diversos centros de I+D+i, mano de obra cualificada a través de nuestras dos universidades públicas y centros de formación profesional, así como muchos jóvenes que salieron a buscar oportunidades a la península y a otros países que estarían encantados de regresar si existieran oportunidades laborales interesantes.

En este sentido el Gobierno de España también está poniendo en marcha el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PERTE) de microelectrónica y semiconductores, que contempla 12.000 millones de euros en inversiones para reforzar la capacidad científica y generar un entorno industrial de diseño y fabricación de los que quizás sean los componentes tecnológicos más importantes de la actualidad. Canarias debe formar parte de las inversiones de ese plan ya que, como hemos dicho, contamos con incentivos fiscales, personal cualificado y centros de investigación. Pero es necesario desburocratizar y agilizar los procesos administrativos para la implementación de esta iniciativa.

Pero incluso más importante que todo lo anterior, insisto, es que nos lo creamos. Tenemos que confiar en que podemos construir una economía dinámica, moderna y diversificada que sea referencia en muchos sectores. El más evidente es el de las renovables. Podemos liderar y ser una referencia europea en esta materia. El avance de Gran Canaria, tanto en autoconsumo como en nuevas plantas de generación, está siendo espectacular y contamos con un proyecto estratégico e innovador que ya está en marcha como es el de Salto de Chira.

Podemos alcanzar un modelo 100% renovable a través del autoconsumo y un modelo distribuido basado en energía fotovoltaica, eólica y esperamos que geotérmica (llevamos años financiando investigaciones sobre su potencial y desarrollo en la isla). Pero en este proceso es imprescindible la eólica marina, que es lo que nos permitirá dar el salto definitivo. El Gobierno español tiene que terminar ya de ordenar los usos del litoral para esta materia y en general necesitamos más agilidad y menos burocracia en la tramitación de nuevas plantas. En medio de una emergencia climática y de un problema energético en toda Europa no podemos tardar años en autorizar nuevos proyectos.

En este punto también me gustaría hacer una reflexión, y es que necesitamos más implicación e inversión del capital canario en este sector. Empresas de la península y del resto de Europa están llevando a cabo inversiones que podrían haber sido hechas por empresas de aquí. Necesitamos un tejido empresarial canario más sólido y potente en esta materia, ya que no se trata solo de la instalación de estas plantas, sino de su mantenimiento, de la fabricación y/o reciclaje de sus componentes e incluso de la posibilidad de servir de plataforma logística para el despliegue renovable en África Occidental.

Pero hay otros sectores que nos permitirían generar empleo, riqueza y desarrollo sostenible al tiempo que reducimos nuestra huella ecológica y contribuimos a mitigar y a adaptarnos al cambio climático. Uno de ellos es la acuicultura. Hay inversiones muy potentes en ciernes en este sector aunque acaban, en muchos casos, teniendo serios encontronazos con el gobierno regional. La acuicultura, además de ser una alternativa para la alimentación en el futuro sin esquilmar nuestros mares, ofrece un campo de diversificación industrial que puede ser clave para nuestros astilleros. Es una de las patas fundamentales de la “economía azul” junto con la energía eólica marina, la energía undimotriz (de las olas) u otros sectores como el cultivo de algas, campo en el que somos una referencia internacional desaprovechada y que tiene un inmenso potencial en muchos ámbitos, como la alimentación, la medicina o la cosmética.

La agricultura también debe jugar un papel fundamental, ya que es una actividad que tiene un fuerte impacto en la reducción de CO2 (al reducir la importaciones de alimentos), además de ayudar a conservar y gestionar el paisaje, prevenir incendios y fijar la población en las zonas rurales. Tenemos el reto de reconvertir la agricultura industrial (como el tomate) con la introducción de nuevos cultivos más tecnificados y con mayor mercado (como frutas tropicales o algas).

No podemos olvidarnos de la movilidad sostenible, que no solo es uno de los sectores clave para la descarbonización (el transporte es uno de los principales consumidores de combustibles fósiles y responsable de las emisiones) sino también uno de los retos de Gran Canaria. El proceso de transformación del modelo de movilidad es complejo, pero sin duda en la isla contamos con un proyecto que es el eje de este cambio: el tren de Gran Canaria. El tren conectaría el principal eje poblacional de la isla (Las Palmas de Gran Canaria, el Aeropuerto y el Sur), la mayor parte de su recorrido es soterrado (lo que reduce considerablemente su impacto) y estaría alimentado por energía eólica y/o hidrógeno verde. Además, al funcionar también en fines de semana y festivos y durante todo el día, en las horas valle podría utilizar la energía renovable sobrante en el sistema, actuando de manera complementaria a Salto de Chira y contribuyendo a integrar más energía renovable.

Son solo algunos ejemplos –la economía circular y su inmenso campo de posibilidades no puede quedarse al margen-  de los principales sectores que deben contribuir a transformar nuestro modelo y  proyectar la economía canaria para el siglo XXI. Pero ninguno de estos proyectos será posible sin lo más importante: la implicación de la ciudadanía. Necesitamos creernos que es posible, huir del pesimismo y del “no” a todo, y contar con la totalidad de la enorme inteligencia colectiva que existe en nuestra sociedad, tanto organizaciones ciudadanas como el sector empresarial y los nuevos emprendedores. Porque estoy seguro de que podemos ponernos de acuerdo para construir entre todos y todas un futuro diversificado.

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