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La doble moral en la Iglesia Católica por Carmen Dolores Coello Fernández-Trujillo
Las niñas de mi época estudiábamos a fondo las Escrituras e, incluso, nos podemos vanagloriar de saber capítulos y versículos enteros de memoria, del Nuevo Testamento. Ya quisieran los estudiantes de Teología conocer a fondo lo que nos obligaban a estudiar. Aunque creo que todo estudio tiene siempre una parte positiva. ¿De qué nos ha servido? Salvo para ser más cultas, de bien poco. Aunque nuestro espíritu crítico se ha reforzado y han conseguido que no creamos nada de lo que predican.
Dice San Mateo en su Evangelio: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas que son semejantes a sepulcros blanqueados! Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia”. “Así también ustedes, por fuera parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad”.
Me sirve este magnífico pasaje para recordar lo que ha ocurrido recientemente.
¿Cuántas de las familias tradicionales que estaban en la concentración del sábado son auténticas familias? ¿Cuántas de las mujeres que allí estaban se han hecho lo que vulgarmente llamamos un raspado y en realidad era un aborto? ¿Cuántos de los padres de familia que blandían banderas y eslóganes han ido alguna vez a prostitutas y parecen los perfectos esposos? ¿Cuántos de ellos son homosexuales y no lo han reconocido públicamente por miedo al qué dirán? ¿Cuántos de ellos maltratan a sus mujeres pero no sale a la luz? ¿Cuántos de sus cachorros puede que sean gays o lesbianas y lleven una doble vida por miedo a la familia? Estoy convencida de que muchos, pero hay que guardar las apariencias.
Si nos fijamos en la jerarquía eclesiástica, ¿cuántos de ellos son homosexuales y sus compañeros lo saben perfectamente? ¿Cuántos han tenido problemas de pederastia y se ha tapado? ¿Cuántos obispos quieren participar activamente en la política, pero no admiten que se les critique? Todos sepulcros blanqueados, limpios por fuera y podridos por dentro. Lo importante es mantener el poder, permitirse el lujo de criticar al Gobierno, pero seguir poniendo la mano para recibir del diezmo de éste.
Creo que es el momento de que nuestro Gobierno diga “hasta aquí hemos llegado”, sean abastecidos por sus feligreses y que éstos carguen con su mantenimiento. No quiero que un sólo euro de mis impuestos se dedique a este tipo de gente de la más recalcitrante ultraderecha, que piensan que pueden continuar dirigiendo los destinos de la sociedad, como en el medievo.
No se enteran, España no tiene religión oficial. Por tanto, dejen en paz al pueblo y dedíquense de verdad a lo que Jesucristo predicó, a los pobres, a los desamparados, a los enfermos, pero claro eso es desagradable. Es mucho mejor vivir como reyes a costa de los españoles y encima criticar todo aquello que no va de acuerdo con su doble moral.
¡Quiero una España laica ya!
* Miembro de la Agrupación Local del PSC-PSOE de Santa Cruz de Tenerife
Carmen Dolores Coello Fernández-Trujillo *
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