Israel es un estado nazi por Domingo Garí Hayek

El sionismo, que es la ideología oficial del estado de Israel, es un pensamiento racista y por tanto avala la teoría de la superioridad de la raza judía. Por eso los judíos de Israel, y muchos de la diáspora, apoyan la política de inspiración nazi que aplica Israel contra los palestinos.

La intensa persecución a que sometieron los alemanes a los judíos no superó los 6 años de duración. Por el contrario, el genocidio que Israel está cometiendo contra los palestinos lleva más de sesenta años ejecutándose. La creación del Estado de Israel y la guerra que lo posibilitó fue el inicio de esta tragedia en la que las antiguas víctimas se han convertido en los más viles verdugos.

La visita de Bush hace unas semanas prometiendo la paz, que sólo algunos ingenuos, estúpidos o cómplices vitorearon, la usó Israel para legitimar su nueva ofensiva contra la población civil de Gaza. La política criminal de Olmert ante la que la UE guarda un vergonzoso silencio, cuando no de hecho un activo apoyo, no se entretiene ya en matar sospechosos de lanzar cohetes kasan, sino que directamente pretende asesinar al millón y medio de palestinos de la franja, cortándoles el agua y el combustible de forma indiscriminada al conjunto de la población, incluido hospitales, escuelas y cualquier tipo de organismo civil que respire el aire de la zona.

Un orden internacional que se precie de serlo debería, en primer lugar, perseguir y condenar el terrorismo de estado, que es el peor de los terrorismos posibles. Israel no es un estado que merezca el respeto de eso que llaman la Comunidad Internacional. Por mucho menos de lo que Israel está haciendo con los palestinos la OTAN bombardeó Yugoslavia en 1999, en lo que se llamó el conflicto de Kosovo.

Israel es el Estado que ha sido condenado más cantidad de veces por el Consejo de Seguridad de la ONU, por acciones violentas de todo tipo sobre las poblaciones de la zona, particularmente palestinos y libaneses, pero es asimismo el país que más veces ignoró esas condenas de la ONU, negándose a cumplir sus resoluciones.

Una conducta de tal tipo en cualquier código de jurisprudencia del mundo sería catalogada de gamberra, y el sujeto puesto a buen recaudo para que no siguiese perturbando el orden público. En la política internacional esto debería de llevar a la expulsión de ese estado gamberro de los organismos internacionales y a su consiguiente aislamiento preventivo.

No indignarse ante esta situación, ser cínico, o simplemente no querer saber nada de lo que los judíos le están haciendo a los palestinos, con ayuda europea, y por tanto también nuestra, no es ni de demócrata ni de diplomático, es de cabrón.

*Miembro de Alternativa Sí Se Puede por Tenerife

Domingo Garí Hayek*