Pero que sea jamón

Me explico. Se viene hablando en todos los medios desde la noche del domingo del posible apaño en Euskadi de PSOE y PP para desplazar al PNV, cosa que recogí aquí con referencias a las reacciones previsibles de la derecha nacionalista vasca, de producirse el arreglo; de lo que alguien dedujo que me parece bueno ese pacto, que no lo considero un engaño a los electores y que no admito que el PNV ganó las elecciones; cuando no dije que fuera bueno ni malo, ni que lo considere o deje de considerarlo un engaño a los electores y ni ocurrírseme negar que el PNV ganó ya que los números están ahí. Todo para concluir, el o la comunicante, que me parece “horrendo”, nada menos, que ese mismo pacto PSOE-PP se produzca en Canarias. Agüita.

Para empezar, me da igual que PSOE y PP pacten lo que les dé la gana aquí y en Pekín. Lo único que me faltaba es somatizar estas historias cuando 40 años de periodismo me han enseñado que no es bueno para el cutis. Sólo recogí las opiniones de otros y comenté que en Euskadi un arreglo de este tipo podría llevar al PNV a denunciar la existencia de un “frentismo español” contra la nación vasca; como adelantó Ibarretxe durante la campaña. Nada nuevo para los medianamente informados.

En cuanto a ese mismo pacto en Canarias, de psocialistas y populares, también me da igual. Pero veo lo que pasa y me parece poco probable (no mal ni bien) que eso ocurra porque, a diferencia de Euskadi, aquí median otros asuntos. Para empezar, los populares vascos no arrastran el cúmulo de despropósitos y escándalos de sus correligionarios de las islas. No cuentan tampoco con un López Aguilar que les pongan tres peras al cuarto un día sí y el otro también. Y no se han dedicado a darle caña a las instituciones para justificar tanta chapuza, atentando, directamente, contra la integridad del Estado de Derecho y hasta de la democracia; cosa que, esa sí, no me resulta indiferente. Deberían leer a Malaparte; despacio y preguntando a quien sepa.

Quien crea que estas circunstancias de encono feroz no son obstáculo para que olviden su enfado y vuelvan al amor es muy libre de hacerlo, por supuesto. Si existen los arcángeles es que hay gente para todo. Pero, qué quieren, yo, que no soy de mucha fe gracias a Dios, lo veo complicado. La primera exigencia a los psocialistas en un pacto de este tipo sería que Aguilar se retractara de cuanto ha dicho a cambio de que Soria sea menos energúmeno. Si superan todo eso y se ponen de acuerdo para echar tierra o correr un estúpido velo, allá ellos si abonan la sospecha de un reparto del botín. Lo comentaría, por supuesto, pero dado que desengancho cuando termino de trabajar, no afectaría a mi rutina diaria de cafelito a las 9.30 a.m., de manchar el periódico de la mañana (de mantequilla, de mermelada del Madroñal o de cafenileche, a elegir), de tertulia los jueves en El Pote y lo que se tercie; todo menos apesadumbrarme o tirar voladores por lo que hagan o dejen de hacer los políticos. No soy ciclotímico.

Me referí ayer, a lo que iba, a la resaca electoral para subrayar la creciente debilidad del Gobierno Zapatero. Dije que lo que haga Patxi López en Euskadi puede privarlo del apoyo en Madrid del PNV; que los catalanes dicen no estar en principio por la labor de acudir al rescate y que Rajoy anda crecido. Añado hoy que si a los psocialistas les salen mal las elecciones europeas, éstas ganarán trascendencia por acumulación con lo anterior y podría abocar a Zapatero a convocar elecciones generales anticipadas o a presentar en el Congreso, como algunos dicen, una moción de confianza. Serían las últimas consecuencias de la situación creada. Pero esas posibilidades existen y las señalo porque es mi trabajo sin que, necesariamente, las desee o deje de desearlas; ni me quiten el sueño que sólo pierdo cuando cargo el estómago en la cena.

Menos mal que después del alarde de mala lectura, con intenciones groseras amparadas en el anonimato, me largan el consabido ¡y un jamón! equivalente en letra impresa al corte de mangas malcriado. Digo que menos mal porque agradezco y acepto el ofrecimiento, faltaría más con la crisis que hay. Sólo espero, eso sí, que las dificultades del o de la ofertante para la comprensión e interpretación de los textos no sea tan profunda que lea mal la etiqueta y en lugar del jamón prometido me envíe una lata de jamonilla.