Matías Díaz Padrón lleva a cabo importantísimas identificaciones (y II)

'Santa Rufina' sí es de Velázquez

Matías Díaz Padrón, tras minucioso estudio, ha manifestado que el cuadro de Santa Rufina que adquirió la Fundación Focus-Abengoa, que será exhibido en la Casa Velázquez en la que se ubicará la sede de dicha Fundación, Hospital de los Venerables, en Sevilla, por el que pagaron 12.470.000, que es el precio más elevado que una obra de Velázquez ha obtenido en subasta celebrada en la Sala Christie´s de Nueva York es, sin duda alguna, trabajo del genial pintor sevillano. Otro trascendental descubrimiento del eminente investigador pictórico herreño.

El Van Dyck de Cort (Mallorca)

Igualmente, el doctor Díaz Padrón, que es miembro de la Academie Royale d´Archeologie et d´Histoire de l´Art de Bélgica, ha dictaminado categóricamente que el lienzo El martirio de San Sebastián, que se encuentra en Cort es, sin clase alguna de duda, debido a los pinceles del pintor flamenco Antón van Dyck. Pudo pertenecer a la colección de don Diego de Mexía, Marqués de Leganés, personaje relevante de la Corte de Felipe IV. Éste debe ser considerado otro descubrimiento de importancia. Díaz Padrón es autor del libro Van Dyck en España, de inminente aparición. Para llegar a esta identificación el eminente investigador canario ha realizado un metódico y minucioso análisis del cuadro.

La pintura 'Cabeza de apóstol'

Se atribuye a Velázquez y fue adquirida por el Ministerio de Cultura para su depósito indefinido en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Por ella se ha pagado una fortuna y no es del mencionado pintor sevillano Diego Rodríguez de Silva y Velázquez -conocido por su último apellido- sino de otro autor de su época. Así lo afirma rotundamente Matías Díaz Padrón.

Estas sensacionales identificaciones que he reseñado, no son sino una mínima muestra del impresionante historial del antiguo y gran amigo doctor Díaz Padrón, que cuenta con más de trescientos descubrimientos, siendo uno de los investigadores pictóricos más importantes, no sólo de España, sino del mundo. Es incomprensible e imperdonable que este investigador de ingente prestigio -uno de los canarios universales junto a Pérez Galdós y Alfredo Kraus, aunque su modestia no lo admita-, comendador de la Orden de Leopoldo II de Bélgica (la máxima condecoración de dicho país) y que el pasado año recibió el neoyorquino Premio Internacional en restauración y conservación, Gabarrón, no haya sido galardonado aún con el Premio Canarias, si bien la Junta Directiva del Real Club Náutico de Gran Canaria, que preside el amigo Juan Marrero Portugués, atendiendo sugerencia que le hice llegar, ha presentado su candidatura para el apartado de investigación, correspondiente a la edición de 2008. Tengo la esperanza de que logre su nominación.

Tampoco le han sido concedidos el Príncipe de Asturias, ni la Medalla de Oro de Bellas Artes, distinciones que han rebajado su nivel al haber sido otorgadas a rockeros -¡como si el rock, con sus vulgares y groseros acordes tuviese la categoría de arte bella!-. En esta triste época de inversión de valores la actividad de nuestro eminente coterráneo debe ser considerada por los jurados y reconocido que es trascendente desde el punto de vista artístico e intelectual. También es reprobable que no haya sido nombrado Hijo Adoptivo de esta Ciudad Real de Las Palmas de Gran Canaria, en la que residió desde los 3 años de edad como consecuencia del traslado de sus progenitores desde su natal Valverde de El Hierro.

Matías Díaz Padrón viene a Las Palmas de Gran Canaria cada vez que sus numerosas actividades de investigación le permiten disponer de tiempo para ello. Aquí se reúne con sus amigos -entre los que me cuento, como he repetido- para disfrutar, entre otras distracciones, de la incomparable playa de las Canteras. Desde su infancia destacó como playero, hasta el punto de que en una cercana calle posee un apartamiento. Fue pregonero de las Fiestas Fundacionales de la Ciudad en el año 2002. Tengo la esperanza de que la Corporación que preside como alcalde el común amigo Jerónimo Saavedra Acevedo, le conceda tan merecidísimo nombramiento este año 2008.

Carmelo Dávila Nieto