Espacio de opinión de Canarias Ahora
Iconoclastia
Oportunistas y malnacidos
A la oposición española se le han caído los palos del sombrajo y ha hecho el ridículo después de que el Tribunal Supremo no haya beneficiado a los políticos independentistas catalanes con la rebaja de sus penas debido a la reforma del delito de malversación. Los muy agoreros lo pregonaron a todos los vientos y sus propias palabras ahora se las han tenido que comer y se han atragantado.
El alto tribunal ha dictaminado que Oriol Junqueras y sus compañeros van a seguir inhabilitados los mismos años por los que fueron condenados antes de la reforma penal. Los líderes de la derechona española nos han estado ametrallando durante meses para hacernos creer que los cambios legislativos pactados entre el gobierno y los soberanistas catalanes iban a beneficiar claramente a estos cuando en realidad no lo han hecho en nada.
Tremenda decepción se han llevado estos carcamales después de estar pregonando a toda pastilla lo contrario de lo que ha sucedido. Estos patriotas de hojalata quieren que España vaya mal para utilizarlo de forma miserablemente electoralista. No es la primera vez ni será la última que estos mentecatos meten la pata y luego no son capaces de reconocerlo ante el ridículo hecho. Algo parecido a lo que ha ocurrido con la decisión del Tribunal Constitucional sobre la ley del aborto del Gobierno de Zapatero.
Este otro alto tribunal ha considerado que el recurso presentado por el Partido Popular era absurdo a pesar de haber tardado 13 años en resolverlo. Para ese viaje no se necesitaban alforjas. Una vez hecho de nuevo el ridículo por parte del principal partido de la oposición, su líder ha salido al paso para decir extraña y paradójicamente que le parece bien esa ley del aborto del Gobierno de Zapatero recurrida por su partido.
Si le parece ahora bien, que ha perdido el recurso, por qué razón no lo retiró antes y dejó pasar trece años preciosos. Mientras el Partido Popular incumplía reiteradamente la Constitución, al retrasar de forma torticera la renovación del Tribunal Constitucional, nunca nadie dijo que su propio recurso era una estupidez. Se mantuvieron en su cabezonería, perjudicando a las mujeres que ahora dicen defender.
Mientras esto ocurría, el PP, que presume de constitucionalista sin serlo, se ha limitado solo a dar caña de manera despiadada al Gobierno de España por los efectos indeseados de la ley de libertad sexual. Para esto ha querido ser muy feminista, tratando de engañar a los tontos, haciéndoles creer que es tan constitucionalista como defensor de las mujeres. Como si las mujeres del gobierno no fueran feministas y no estuvieran en contra de esos efectos colaterales.
La soberbia de la ministra de Igualdad está perjudicando sensiblemente a los dos partidos del gobierno de coalición. Eso es cierto pero también lo es que el principal partido de la oposición es oportunista y carroñero. No defienden a las mujeres pero quieren hacernos creer que son más feministas que Irene Montero.
Cuando se rasgan las vestiduras y claman al cielo por los evidentes errores de la ley de Montero, no lo hacen por ser feministas o defender a las mujeres sino por puro oportunismo electoralista. Cuando ven una brecha en el gobierno se tiran a matar a la yugular pero a ellos les importa un rábano el espíritu de la ley. Lo único que persiguen es desgastar al gobierno sin más argumentos.
La ministra ha metido claramente la pata hasta el corvejón y prefiere sostenerla y no enmendarla, y eso es altamente reprochable porque está jugando con la vida de muchas mujeres a pesar de que asegura defenderlas, pero lo del PP es realmente repugnante. Ni son constitucionalistas ni son feministas. Se alegran de que a los españoles les vaya mal solo para echar la culpa al gobierno. Sus portavoces son simplemente unos sinvergüenzas aprovechados y oportunistas. Unos auténticos malnacidos.
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