Espacio de opinión de Canarias Ahora
Un país, que ya no es
Estamos abocados, en este destino programado por el capitalismo irracional, a la odiosa pobreza de la inmensa mayoría de la población. Los sonrojantes datos ofrecidos por el INE, corroboran ese vil destino: el 21,1 de las personas están próximas a la pobreza total: la malamente comer, para pervivir. Intolerable e inhumano. Canarias tiene el denigrante record, de ser la de mayor pobreza del Estado, con 1 de cada 3 personas, en la amarga infelicidad por la miseria que padecen. El 61% de los hogares canarios, tienen graves apuros económicos para acabar el mes, con su depauperada paga, subsistiendo con unos estrictos cálculos. Cualquier alteración imprevista les supondría una lastimosa merma, que no se pueden permitir, en sus justas previsiones económicas.
En todo el territorio nacional, 80 mil niños han caído en el último año, en la degradante miseria, teniendo ésta sus consecuencias en la carencia de trabajo. Ejemplo, es la cifra de 760.000 hogares, en la que ningún adulto tiene trabajo, para cubrir las necesidades primarias de sustento. La suma sigue, habiendo aumentado en un 22% en el número de hogares. Sobreviven por la caridad de los comedores sociales. Cifra, que cada año se supera, en los comedores de Cáritas; por la ayuda de Cruz Roja, y otros. Lo confirma este vergonzante dígito: 2.267.000 adultos pasan hambre, por las miserias que padecen, según Unicef. Y ha aumentado, este patético estado de vida, entre las personas de 16 y 64 años, como más vulnerables.
El 'competente' Ministro de Hacienda (artífice también de lo expuesto), dice de los presupuestos para el próximo año: “son los más sociales de la Democracia”. No se carcajeó, al proferir este insolente exabrupto.
Esta lamentable noticia suele pasar desapercibida, solo es de trámite en la lectura de titulares de la prensa. Acongoja, solo a las personas sufrientes de esta lastimosa agonía. Mucha tristeza e impotencia, en la que están sumidos, que cada día mella su estado físico, y muy especialmente: su autoestima, ante las dificultades de poder trabajar y en la decadencia de los suyos. Caerán en la desazón de una irremediable depresión. Imprecarán al cielo, al diablo y a sus pompas; y se preguntarán, sobre cuál ha sido su pecado, suplicando poner definitivo fin, a esta esperpéntica tragedia.
¿Dónde está la Iglesia, que no se rebela contra la demonización por los poderes públicos, causantes de esta plaga? Rouco, iluminado por el cielo, recomienda “rezar”. El benevolente Gobierno central, da el beneficio a Eurovegas de condonar el 95% del IBI, a sus ludópatas y puticlubs casinos.
En este desmadre del absolutismo económico, a la que nos ha llevado el ultraliberalismo de EEUU y la UE, han recluido a toda la grey que conforman esas naciones, a vagar entre los tristes destinos de las miserias y las hambrunas, en un sinvivir. Los que ninguna culpa de este genocidio económico tienen, son los que deben pagar, obligatoriamente, con sus pobrezas y la infelicidad de sus existencias en carne viva, hasta que ellos recuperen el dinero que han prestado, que otros: empresarios y banqueros, han dilapidado o enriquecido con sus turbios negocios.
Los bancos, y los 'samaritanos' banqueros, que con sus escandalosos sueldos y dietas, dejan hundir sus finanzas, y son rescatados con el dinero del erario público. Son los mismos insensibles y despiadados, que martirizan a los hipotecados que no cumplen con sus pagos del préstamo. Es paradójico, que este ladino comportamiento sea admitido y reglado, por parte de los respectivos Gobiernos que han ocupado la Moncloa. Quienes aprueben las infames leyes, que este avaro poder fáctico les propone, en antagonismo con lo que deben ser las leyes, de un correcto y equitativo Estado de Derecho, que debe velar por el bien de todos los ciudadanos. Como la innoble dación de esos hogares requisados por la vía penal, a seguir sufragando una hipoteca de la propiedad que ya no tienen.
Irrevocablemente nos destinan de nuevo, al redil de las clases muy adinerados y los demás de la plebe. Regresamos a tiempos trasnochados de la miseria y el desencanto de vivir, en que la pobreza de este país era de solemnidad. No había clases medias: solo como no programan los registros. La inanición y la extrema pobreza, eran moneda corriente. Y a ello se unían, como eficaces aliadas, las enfermedades, que eran imposibles de curar, que habían anidado en los hogares más humildes. Y con el cuento de la crisis se desmantela el Estado de Bienestar, como desean las políticas neoliberales del PP.
Teo Mesa
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