Pollaboba o comunismo

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El ministro de Consumo del Gobierno de España, Alberto Garzón, declara una obviedad en una entrevista publicada por el periódico británico The Guardian el 26 de diciembre y no pasa nada. Dos semanas después un poderoso lobby cárnico español inventa una declaraciones que el ministro jamás pronunció y corre el bulo a través de las redes sociales. Los medios más reaccionarios y carcamales del país, en vez de contrastar la noticia con la entrevista original, se unen a la oposición conservadora y ultra para difundir una gran mentira con la intención de utilizarla en las elecciones de Castilla y León previstas para mediados del mes próximo. Quieren poner a Garzón contra los ganaderos. 

Los políticos del PP, Vox y Ciudadanos y algunos barones del PSOE entran a trapo en la difusión del bulo y piden a Garzón que rectifique en el mejor de los casos o que simplemente dimita por decir lo que no dijo ya que lo que dijo está amparado por los organismos internacionales y la comunidad científica mundial. 

Garzón defendió la ganadería extensiva frente a la intensiva de las macrogranjas, algo que es de sentido común y que también lo defiende la inmensa mayoría de los ganaderos de España y del mundo. La Unión Europea lo respalda y su comisario de Ganadería lo ratifica poco después de iniciarse la polémica.

La misma derecha que va a Bruselas a poner palos en la rueda para evitar que España reciba las ayudas europeas para relanzar su economía es la que acusa al ministro de Consumo de proclamar por el mundo las supuestas deficiencias de la ganadería española para perjudicar la exportación de carne. El caso es que no hubo ninguna reacción a la entrevista del 26 de diciembre hasta dos semanas después, justo cuando el poderoso lobby cárnico de España se juntó con la siniestra derecha española para manipular y tergiversar unas declaraciones que jamás existieron y convertirlas en arma arrojadiza en forma de bulo.

Es evidente que los que critican a Garzón no se han leído la entrevista pero a ellos les importa un bledo. Les basta con que cualquier vocero intoxicador invente una noticia que no es. A la oposición española no le importa encender un fósforo para prender fuego a todo el bosque si consigues votos a cambio. Como los malos periodistas, no quieren que la realidad les estropee un buen titular. En este, caso unas elecciones. 

Paradójicamente, los presidentes autonómicos que critican al ministro de Consumo están preparando en sus respectivas comunidades unas leyes contra las macrogranjas. Castilla-La Mancha, con su presidente castigador y majadero García Page, acaba de aprobar una moratoria. Las redes recuperan vídeos y declaraciones de dirigentes del Partido Popular en contra de ese tipo de ganadería intensiva. El actual presidente del PP en Castilla-La Mancha realizó en su día un vídeo en contra de las macrogranjas cuando era alcalde de Almansa para evitar que en su pueblo se levantase este tipo de instalaciones. El PP está borrando antiguos tuits en los que se pronunciaba claramente en contra de estas macrogranjas para hacerle el juego al presidente de Castilla y León y candidato de este partido a la reelección. En Daimiel el PP vota en contra de estas instalaciones, que son rechazadas también por los ganaderos de la comarca.

La oposición pide primero el cese de Garzón por rechazar también el modelo de macrogranjas y después tiene la osadía de solicitar la desaparición del Ministerio de Consumo, con lo cual reconoce que no solo está en contra del ministro sino también de su ministerio porque para ella el consumo y los consumidores no somos importante.

El ministro de Consumo tiene la obligación de defender a los consumidores y eso es lo que está haciendo Garzón. Da igual que se hable de carne o de alcohol o de tabaco o de bebidas azucaradas. Su obligación como ministro de España es defender a los consumidores, algo que va más allá del Ministerio de Agricultura y Ganadería, cuyo titular ha calificado de desafortunadas las palabras de Garzón por miedo a perder la gracia de los ganaderos, aunque luego ha rectificado, como si el ministro de Consumo se hubiese injerido en sus competencias. Garzón defiende a 47 millones de consumidores españoles mientras que Luis Planas solo a los agricultores y ganaderos, y además también son consumidores. Dos vicepresidentas del Gobierno también han respaldado públicamente a Garzón. 

La postura de algunos ministros del PSOE y del presidente del Gobierno de España ha sido francamente lamentable y cobarde, aunque algunos han rectificado al darse cuenta de que estaban haciéndole el juego a una oposición descarriada y desesperada por arañar votos de manera miserable. Tan desesperada está que se ha inventado una campaña en Castilla y León parodiando a la de la Comunidad de Madrid: 'Ganadería o comunismo' . Más bajo moralmente no se puede caer. Teodoro García Egea se ha permitido invitar al ministro Garzón a la China comunista. Como dice Luis Planas, la oposición solo habla de ganadería cuando hay elecciones. Y para más inri Pablo Casado se presenta en Castilla y León junto a unas vacas que pastan libremente por el prado. O sea, se ayuda de la ganadería extensiva para hacer la campaña de su partido. No se atreve a posar públicamente en una macrogranja. Una imagen vale por mil palabras y más aún si son de Casado. 

Lo que defendió Garzón en la entrevista es lo mismo que preconiza en teoría el Gobierno de España y que tanto su presidente como algunos ministros vienen manifestado hace tiempo. Lo que afirma Garzón lo apunta también la agenda 2030 del Gobierno de España, la Unión Europea y la ONU. Es evidente que los ministros y algunos barones socialistas no se han leído la entrevista porque de lo contrario no dirían las tonterías que dicen. Serían unos catetos o unos malvados.

Hasta el senador Asier Antona del PP palmero, al que se cargó su propio partido y lo exilió en Madrid para que dejara de dar la lata en Canarias, salió a la palestra para calificar a Garzón de pollaboba. Nunca un senador canario se definió tan bien a sí mismo.

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