Pongamos que hablo de Madrid

España no está para juegos. Lo afirmo de manera contundente, y aunque parezca demagogia, nuestro país tiene otras prioridades. Según el Ministro Guindos, sí había dinero para la celebración de unos Juegos Olímpicos, sin embargo, no hay euros para becas, sanidad, educación, dependencia, servicios sociales, ayudas para desempleados, creación de empleo, y un largo etc.

Yo soy de las que no apoyaban la candidatura olímpica, era pan para 2020 y hambre para el futuro; y ya lo hemos podido comprobar tanto con los Juegos Olímpicos de Barcelona, así como con la Exposición Universal de Sevilla; infraestructuras que se quedan en total abandono después de tanto dinero invertido.Y lo corroboro con datos, no con una opinión mía que pueda parecer subjetiva.

A principios de la década de los 90, los países desarrollados se vieron afectados por una crisis económica y financiera originada por el estallido de la burbuja inmobiliaria en Japón en 1990, y agravada con las tensiones del precio del petróleo ocasionadas por la Guerra del Golfo, que afectaron a la inflacción.

Los efectos de esta crisis tardaron en llegar a España, debido al enorme gasto público que se hizo entre 1990 y 1992 para preparar al país para grandes eventos como la Exposición Universal de 1992, en Sevilla (incluyendo grandes infraestructuras para el transporte de esta ciudad como la alta velocidad ferroviaria y la autovía Madrid-Sevilla), los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 o el proyecto Hispasat. Las cuentas públicas registraban altos niveles de deuda, y debido a la finalización de estas obras y proyectos, se agravó el aumento del desempleo, ya de por sí voluminoso por el efecto de la recesión.

En definitiva, no es oro todo lo que reluce y unos Juegos Olímpicos no nos van a sacar de la gran crisis que estamos viviendo. Evidentemente, los grandes empresarios estarán en desacuerdo conmigo, ya que para ellos supondría un aumento enorme de beneficios, pero no para el pueblo español.

Una vez más, España no está para juegos. Está para sacar a su pueblo adelante devolviéndoles el estado de bienestar y sus derechos laborales entre otras cosas.

Por cierto, que rindan cuentas de cuanto se han gastado durante años en presentar las candidaturas de Madrid 2012, 2016 y 2020, creo que lo hemos pagado todos los ciudadanos y ciudadanas de España y tenemos derecho a saber.

Para terminar, y en alusión al título de este artículo de opinión, les dejo con la letra de Joaquín Sabina: Pongamos que hablo de Madrid, espero que reflexionen y vean que lo mejor que nos ha podido pasar es que Madrid 2020 no se haya hecho realidad.

Allá donde se cruzan los caminos,

donde el mar no se puede concebir,

donde regresa siempre el fugitivo,

pongamos que hablo de Madrid.

Donde el deseo viaja en ascensores,

un agujero queda para mí,

que me dejo la vida en sus rincones,

pongamos que hablo de Madrid.

Las niñas ya no quieren ser princesas,

y a los niños les da por perseguir

el mar dentro de un vaso de ginebra,

pongamos que hablo de Madrid.

Los pájaros visitan al psiquiatra,

las estrellas se olvidan de salir,

la muerte viaja en ambulancias blancas,

pongamos que hablo de Madrid.

El sol es una estufa de butano,

la vida un metro a punto de partir,

hay una jeringuilla en el lavabo,

pongamos que hablo de Madrid.

Cuando la muerte venga a visitarme,

que me lleven al sur donde nací,

aquí no queda sitio para nadie,

pongamos que hablo de Madrid.