No crean que esto es pura ficción. No puedo dar nombres evidentemente, pero esto ha pasado, y cómo no tengo pruebas, tampoco puedo acudir a la fiscalía anticorrupción. Pero lo peor de todo, la guinda del caso, es que mucha gente que lo conoce, con más o menos detalle, me dicen “yo haría lo mismo”. No todos, afortunadamente, porque todavía hay personas que creen en la honradez, pero hay muchos que sí harían lo mismo que la niña un poquito embarazada y un poquito corrupta. A cuenta de la corrupción los casos no hacen sino florecer, y eso que no estamos en mayo. El caso hemodiálisis tiene asombrado ya a más de uno, incluso al nuevo consejero de Sanidad Fernando Bañolas. Los datos que se acumulan en el despacho de Bañolas van indicando que el expediente de adjudicación del servicio de hemodiálisis se hizo a la medida de la empresa inmobiliaria Lifeblood, que se embolsará un beneficio mondo y lirondo de veinte millones de euros. El cambio del ladrillo por la sangre es como ven muy rentable. El cerco en torno a Mercedes Roldós y Lourdes Quesada se va estrechando, y ahora mismo me dicen que no está claro a día de hoy si es sólo cerco político y profesional, o también delictivo. La presunción de inocencia vale para todos y todas y no debemos adelantar acontecimientos. Tiempo al tiempo.