Quisicosas

Anda el mundo enloquecido, la III Guerra Mundial puede surgir en cualquier momento, y mientras los terroristas del ISIS (Estado Islámico, en castellano) se incrementan a cada bomba que lance Francia, Estados Unidos o Gran Bretaña, tales y cuáles. Hay muchos militares que explican a los políticos que con sólo bombardeos no se gana una guerra, que la aviación y la marina, con sus bombas y cañonazos, sólo sirven para “ablandar” al enemigo, y luego hay que descender a tierra, como hizo Eisenhower en Normandía y Zhukov en Berlin, y esto parece que todavía no lo han aprendido los políticos de países de la OTAN. Estados Unidos fracasó en Irak y Afganistán, y no contento con ello destrozó a Libia, que ahora mismo no tiene ni Estado ni nada que se le parezca, pero para los occidentales hay dos cuestiones fundamentales, la venta de armas y el petróleo. En Vietnam los norteamericanos fracasaron en tierra, y sólo tenían superioridad aérea con los bombardeos criminales con napalm, pero fueron derrotados por el gran estratega Guyen Giap, que ya había inflingido una década antes una derrota humillante a los franceses en Dien Bien Fu. Ahora los bombardeos se recrudecen en Siria, y a cada bomba que cae ingresan en el ISIS diez, veinte, cien nuevos terroristas que son capaces de cortarte el cuello, los testículos, violar mujeres, o de inmolarse, porque si se suicidan van al cielo y son recibidos con honores por Alá. Como soy un agnóstico convencido desde mis catorce o quince años, las quisicosas y las nebulosas me envuelven en un mar de dudas, y no sé que militares andan convencidos de que las guerras se ganan bombardeando, o cuántos de estos militares tienen comisiones de las fábricas de armamento, qué hay de lo mío, tales y cuales.

Esto del atentado de Paris, que no es el primero ni por desgracia será el último, ha venido a distraer temas como los de Cataluña, o el relevo en la delegación del Gobierno, de una Hernández Bento a otro Hernández Bento, y tiro porque me toca. En relación a este relevo, todavía Enrique, el hermanísimo de María del Carmen, no ha colocado sus papeles bien en el exdespacho de la exdelegada, y me dicen que ya en la Plaza de la Feria se oyen los murmullos y las tensiones de muchos mandos intermedios que no soportan la actitud de entrada del nuevo Hernández Bento, Enrique de pila, que ha llegado como si de un Napoleón se tratara.

Otro si: aparte del asunto/trasunto de Cataluña, y de los avatares de los hermanos Hernández Bento, un tema que también está pasando desapercibido en los últimos días por las dichosas bombas francesas y rusas en Siria, son las candidaturas de las elecciones generales del 20-D, aunque presumo que ya en la próxima semana se va a calentar un poco la quisicosa. La impresión que tengo es que Coalición Canaria en la circunscripción de Las Palmas (Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote), está ni fu, ni fa, que el Partido Popular anda a la baja por el rechazo que produce Soria, y que el PSOE se ha equivocado cargándose la cremallera y poniendo dos braguetas como cabezas de lista, Chano Franquis y Pedro Quevedo.

Podemos ha sido lo suficientemente hábil, listo, inteligente, presentando a dos mujeres en primera línea, Victoria Rosell y Meri Pita, y en este punto me llegan datos que la subida de los podemitas es notoria. Me lo confirma la vecina del quinto: “No le iba a votar al PSOE, pero entre dos hombres, Franquis y Quevedo, y dos mujeres, Rosell y Pita, me inclino por las dos mujeres, que además tienen una valía contrastada. Creo que el PSOE ha dado un patinazo gordo, me dicen mis amigas que le van a votar a Podemos sí, o sí, y algunas encuestas dan ya hasta tres diputados por Las Palmas. La verdad es que a veces da la impresión que los políticos hacen las cosas provocando al pueblo. Con su pan se lo coman”. Dejé a mi vecina del quinto con unas amigas a las que les colocaba una filípica a favor de Victoria Rosell y Meri Pita.