Rajoy y las reformas

Don Mariano se mostró muy seguro de la victoria, como es su obligación. Pero, la última macroencuesta de la que tengo noticia (la calentita aún de Público), daba triunfador al PSOE por muy estrecho margen y aportaba un dato que, en el fondo, deja todo en el aire: hay más de cinco millones de electores indecisos)

Pero, en fin. A mi lo que más me interesó del discurso del aspirante conservador fueron sus referencias a las reformas que tiene in mente. Una afectaría a la Constitución, aunque no explicó en qué o, en este momento, estaba yo despistado por algún percance en la conducción. La otra guardaría relación con las leyes electorales. En concreto insiste don Mariano en que si Gobierna cambiará la norma para que sean alcaldes de los municipios quienes encabecen las listas más votadas. Me extrañó, sin embargo, que no hiciese mención acerca de la necesidad de extender la fórmula a las comunidades autónomas. Hay alguna, como la nuestra sin ir más lejos, donde el PP gobierna sin haber obtenido la mayoría de los votos de la emputada ciudadanía. Tal vez lo haya olvidado.

De todos modos, habría que hilar fino en esa reforma, para que funcionase en la práctica. En estos momentos y, desde los principios de la democracia, solamente existen unas corporaciones cuyas presidencias se eligen por votación directa: los cabildos insulares. Pero, esa elección directa que hace presidente de manera automática al número uno de la lista más votada, no sirve para nada y es meramente una ficción. La realidad permite el injusto e hipócrita uso de la moción de censura (antes incluso de que haya nada que censurar), que deja también en manos de la aritmética la presidencia de estas instituciones. Podría pasar lo mismo con los ayuntamientos, pese al empero del señor Rajoy.

En cualquier caso, la única y crucial reforma que esperamos todos no hay partido que la proponga, oigan: las tan anheladas listas abiertas.

José H. Chela