Los 5 de San Lorenzo

Providencia juez capitán Sr. López Chaves. En Las Palmas a veintinueve de Marzo de mil novecientos treinta y siete. Por recibido oficio reservado del Excmo. Sr. General Gobernador Militar de la Plaza, manifestando haber señalado las diez y seis horas del dia veintinueve corriente, para la ejecución de la sentencia de muerte impuesta a los condenados en la Causa n. 33 de 1936, paisanos Antonio Ramirez Graña, Manuel Hernández Toledo, Francisco Gonzalez Santana y Juan Santana Vega y soldado del Grupo Mixto de Zapadores y Telegrafos número 4 Matias López Morales, los que entraran en Capilla a las 12 horas de dicho dia, la que se establecerá en la Bateria de San Fernando; habiendose dado las oportunas órdenes al efecto; únase a los autos.

Todos sabemos lo que ocurrió el 18 de julio de 1936. El golpe de Estado liderado por el general Franco movilizó a militares, militantes falangistas y ciudadanos que no estaban cómodos con el sistema democrático de la II República. Frente al grupo de antidemócratas fueron miles, millones, los hombres y mujeres que intentaron frenar el movimiento. En Alemania Adolf Hitler lideraba el gobierno nazi desde hacía 3 años, en Italia Benito Mussolini dirigía un gobierno fascista desde hacía 14 años. Francia y Gran Bretaña miraban su propio ombligo entre el miedo al fascismo y el freno a los movimientos obreros que tenían a la Unión Soviética como referencia. El modelo político que querían implantar los golpistas españolas estaba claro, por eso muchos demócratas arriesgaron su vida para intentar frenarlos.

El alcalde de San Lorenzo, Juan Santana, el secretario municipal, Antonio Ramírez, el jefe de la policía local de San Lorenzo, Manuel Hernández, y los sindicalistas Matías López y Francisco González, eran hombres que habían decidido dedicar su vida al servicio a los demás. Desde una institución democrática y desde el movimiento obrero los cinco vecinos de San Lorenzo se convirtieron en personas peligrosas. Por eso el 5 de agosto de 1936, apenas 18 días después del golpe de estado fascista, ya existía un informe de la Guardia Civil en los que se los acusaba de “comunistas” y “propagandistas”. Después vinieron los fiscales militares a añadir otro delito: el de rebelión. Los que precisamente se opusieron a la rebelión de los golpistas, fueron acusados de rebeldes. Y quizá tenía razón el fiscal, porque Juan Santana, Antonio Ramírez, Matías Lopéz, Manuel Hernández y Francisco González, se rebelaron contra el miedo, contra las amenazas, contra las torturas, contra los que quería enterrar la república. Fueron rebeldes contra la opresión y propagandistas de la democracia, de la solidaridad y de la justicia.

Los 5 de San Lorenzo no fueron los únicos de la causa 33/1936. En ese Consejo de Guerra se juzgó a otros 16 ciudadanos que fueron condenados a distintas penas de cárcel. La pena más grave fue para los 5 de San Lorenzo, que murieron por los disparos del pelotón de fusilamiento en la Isleta el 29 de marzo de 1937. Y así han pasado 73 años y siete meses hasta este viernes 12 de noviembre, el día en el que el pueblo de San Lorenzo va a realizar el reconocimiento de sus fusilados, sus torturados, sus desaparecidos, sus encarcelados. Demasiado tiempo, demasiada desmemoria, demasiadas mentiras, demasiado silencio acumulado.

Por eso hoy Paco González, Lola Tejera, Sergio Ramírez, Juan Betancort, Diego González y muchos otros familiares amanecieron emocionados, hoy es un día especial para ellos. Después de años de buscar documentos, hablar con historiadores, tocar en las puertas de diferentes instituciones. Después de salvar tantos obstáculos para reivindicar memoria y justicia esta noche podrán dar el primer paso, el reconocimiento público de sus familiares que murieron por defender la democracia, por intentar frenar una guerra contra un pueblo. También hoy amaneció con más luz para Domingo Valencia, que fue testigo directo de aquellos hechos, que fue condenado en la misma causa y se salvó del peletón de fusilamiento porque era menor de edad.

El poeta argentino Juan Gelman, que sufrió el exilio y la desaparición de sus familiares en la dictadura militar de su país, realizó una defensa de la memoria en el discurso que pronunció cuando recibió el Premio Cervantes: “ Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La memoria es memoria si es presente y así como Don Quijote limpiaba sus armas, hay que limpiar el pasado para que entre en su pasado. Y sospecho que no pocos de quienes preconizan la destitución del pasado en general, en realidad quieren la destitución de su pasado en particular.”

Esta noche en la Casa de la Cultura de Tamaraceite y el parque de La Mayordomía un pueblo va a limpiar su pasado para entrar en su pasado, para reconocer a su pasado, para dignificar a sus mejores hijos e hijas. En El Correíllo, en CANARIAS AHORA RADIO, podemos escuchar este viernes a las 11 y 20 a familiares de los 5 de San Lorenzo y a Domingo Valencia, que fue encausado en el mismo Consejo de Guerra. La radio también quiere participar en este acto de memoria y dignidad.

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Juan García Luján