Espacio de opinión de Canarias Ahora
Soria y el petróleo
Entre las eléctricas, el petróleo y Repsol, la futura Ley Turística, las tasas aeroportuarias, Faycan, Brisan, Góndola, Europa y su querido Jorge Rodríguez, y el malhadado salmón con el que se ha indigestado, anda José Manuel Soria López dando palos con el rabo y hablando sólo cada vez que viene a Las Palmas de Gran Canaria los fines de semana desde Madrid. Me cuentan que no hace mucho se tropezó con un majorero pudiente que también viajaba en primera clase, y entre los dos armaron una discusión tremenda a cuenta del petróleo, hasta el punto que el piloto salió de su cabina y les espetó “como sigan así me van a derribar el avión”.
Soria estaba tan cabreado con el empresario majorero que evidentemente está cercano a Mario Cabrera, el líder majorero de Coalición Canaria y presidente del Cabildo de Fuerteventura, que terminó con una frase militar: “ Mira, ten mucho cuidado y adviérteselo a tu amigo Mario Cabrera de estar oponiéndose a las prospecciones de Repsol, ten en cuenta que a las unidades militares ya existentes en Fuerteventura, el Ministro de Defensa, mi amigo Pedro Morenés, va a mandar otra nueva, nada menos que el Regimiento Acorazado de Caballería Lusitania, que entre otras poderosas armas tiene tanques del último modelo, de los que pegan un cañonazo en Puerto del Rosario y llega a Morro Jable, así que cuidadín, cuidadín..”. La defensa de Soria del petróleo fue de tal magnitud, que sus gritos se oían en todo el avión, y además con un último razonamiento escalofriante: “Me da a mí que ustedes son colaboradores de Marruecos, que quieren que el petróleo sea todo para Marruecos, ¿¡y Repsol qué, coño!?”.
Le cuento a mi vecina del quinto esta conversación, advirtiéndole, porque la conozco, que no sé si es totalmente cierta, pero la da por conocida y se larga su espiche. “Mire, como están las cosas por Fuerteventura con este nuevo regimiento acorazado, sólo falta que empiecen las prospecciones y salga un hilito de plastilina, como dijeron los peperos del Prestige. Mario Cabrera es capaz de reclutar a doscientos majoreros y venirse en ferry a hacerle un escrache monumental a Soria un fin se semana en su mansión de Tafira. A mí me importa un pimiento, verde y rojo, que Marruecos saque petróleo, como no llegue a Canarias, aquí paz y en el cielo bizcocho. Pero me aterra que pueda suceder lo que pasó por ejemplo en el Golfo de Mexico por el derrame vertido a partir de una explosión de una plataforma petrolífera de British Petroleum, más de 100.000 (cien mil) toneladas de crudo vertidas al mar y que afectaron a la costa y zonas turísticas, y además a humedales incluso del delta del Mississippi, en Estados Unidos. Hay que recordar otra gran catástrofe en Ecuador al romperse un oleoducto por causas desconocidas hasta ahora, y que vertieron al mar unas 50.000 toneladas de crudo, a unos 100 kilómetros de Quito, afectando a dos ríos y las costas colindantes”.
La vecina del quinto se extiende en consideraciones, en la necesidad de fomentar las energías alternativas, pero que las grandes multinacionales petroleras tienen “comprados” a los políticos. Y sigue desgranando su rosario de energías fósiles: “No hace falta recordarle a sus amables lectores, que no sé cómo le aguantan, la tragedia del Prestige, si señor, una auténtica tragedia el 19 de noviembre de 2002, cuando se dirigía a Gibraltar se hundió cerca de las cosas gallegas con 66.000 (sesenta y seis mil) toneladas de petróleo, y la polémica de la gestión del Partido Popular de este desastre todavía continúa. Pero mi querida Galicia, a donde voy de vez en cuando, también sufrió otro desastre diez años antes con el petrolero griego ”Mar Egeo“, con unas 80.000 (ochenta mil) toneladas de petróleo frente a la Torre de Hércules de La Coruña. Estuve un poco más abajo, en la ría de Muros y Noia un año más tarde, y todavía estaba prohibido comer marisco de muchas zonas, sabían a petróleo. Mire, la lista es muy larga, no quiero que canse a sus lectores”.
Le doy las gracias por no seguir con su tremendo rollo, reconociéndole toda la razón delo mundo con su preocupación. Y me dice a modo de despedida: “Como un pinchacito en el fondo del mar, como decía Manuel Fernández, sea motivo de escape de piche y llegue a las costas de Fuerteventura y Lanzarote, me apunto al escrache que habría que hacerle a Soria. Ya estoy reuniendo para pagar la posible multa que me imponga Jorge Fernández Díaz, ministro todavía de Interior”. Y se fue cantando loas a las energías eólicas, solar, maremotriz, y presasmotriz, y con un rotundo ¡Abajo el petróleo!
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