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Sr. Rodríguez Zapatero

Carlos Juma / Carlos Juma

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Le recuerdo el día en que ganó sus primeras elecciones y no está usted nada alejado de aquellas palabras en que prometió que usted no cambiaría.

Le he visto dando cuentas en el Parlamento,- el mismo que fuera despreciado miércoles tras miércoles por sus antecesores-, sin perder su “talante” y demostrando a propios y adversarios que lo cortés no quita lo valiente-.

Le recordaré que estuve a su lado cuando obtuvo el beneplácito parlamentario para negociar con ETA. Hizo lo que un caballero debe hacer ¿con quién iba a negociar sino con los propios enemigos del estado? Al menos evitando continuar por la senda de la sangre inocente permanentemente derramada.

Dicen que usted no se enteró de la “crisis”. Tampoco el director del fondo monetario internacional, el “popular” Sr. Rato. Sin embargo me parece entender que si desde el primer día usted nos habla de la crisis y de la envergadura de la misma muchos habrían retirado el dinero de los Bancos y Cajas y el Corralito sería una nimiedad comparativamente.

Yo he podido sentir verdadera pena cuando se le critica despiadadamente y se ponen sus adversarios políticos a recoger frutos maduros de árboles varados por huracanes. Eso no es de buena ley sino de perezosos políticos. Sin embargo muchos de los que le han dado la espalda bien que se han beneficiado de prejubilaciones y un paro de un par de años.

Yo le agradezco los 400 euros de ayuda a los parados; menos es nada y para los que buscan en la basura yogures caducados, usted los llevo a una mínima dignidad humana. Cuando las mujeres no parían bien que todos hemos puesto pies en polvorosa a fin de alcanzar la prestación de 2500 euros.

Los pensionistas más modestos han visto subir sus pensiones.

Le agradezco su trabajo con los inmigrantes, como hijo que soy de un palestino arribado a las Canarias en 1930.

Le agradezco su apertura al mundo islámico, incomprendido y sobre el que hacemos recaer de manera cruel algunos males de nuestra sociedad. Le agradezco cuanto ha hecho por el ser humano.

En su “debe” puedo mostrar mi desacuerdo con políticas y gestos. Nos sacó de Irak cumpliendo su palabra pero estamos en Afganistán, al amparo de la ONU, pero eso es una guerra y nuestros muertos nuestros son. Arrancar de este planeta a los señores de la guerra no es tarea fácil pero no le haré juicio por ello sino que trato de comprenderlo.

No todo es el dinero, ni los bancos ni las Cajas, afortunadamente.

Muchos se han reído de su plan E. Seguramente lo habrá hecho menos el que comió caliente aquellos días.

Y de su correligionarios, mejor no hablar. De su talante, bien poco han aprendido, pero sus baronías las han dejado claras. Con amigos como estos quién necesita enemigos. Quien grita Viva España bien que supo ponerse la medalla como primer acto local de su ministerio, ¿verdad Sr. Bono?

Supongo que como a todos no me gusta pagar impuestos, creo que tenemos el índice más alto de perfil fiscal sólo que somos menos que el resto de Europa

en cuanto a población, y hay muchos conciudadanos,-por llamarlos de alguna manera-, que evaden y sumergen los dineros. Otro gallo nos cantaría si se aplicase la inspección fiscal de forma contundente. Ni corruptos ni evasores.

No debió reactivar el Impuesto del Patrimonio y dejar la cantinela de los ricos para el siglo XIX. Guiñó bien el ojo pero a Izquierda Unida. Y de sucesiones, mejor no tocarlo. Muchos tienen que venderla para afrontar el impuesto de sucesiones; y el españolito sigue prefiriendo propiedades a los alquileres y la economía del ladrillo, que no la de la burbuja inmobiliaria-, es dónde se sigue invirtiendo en cuanto se puede.

Pero ahí usted ha tirado del lado fácil, subir el IVA. Pero usted sabe que este impuesto lo paga el que arregla la fontanería, da igual si es en Madrid o en un modesto barrio extremeño. ¿Es eso justo?

Sabedor de lo que se avecinó y crítico con sus actuaciones no por ello dejaré de agradecerle su esfuerzo y el de su partido por sacarnos de esta crisis a la que otros miraron de perfil y ahora se les acaba la vista.

Soy claramente partidario de una alternancia en el poder pero absolutamente contrario a las mayorías absolutas. Ni me gustó el Sr. F. González ni el Sr. Aznar. Sus legislaturas me causaron una grave indefensión. Y menos aún las críticas que le llueven de destacados lenguaraces de su partido, llámese Sr. Guerra por decir uno que es “primus inter pares”.

Le reitero mi gratitud porque al menos le ha dado con la moneda al fariseo de turno y ha tratado de dar de a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.

Ya lo sabe usted, Sr. Presidente, que ni soy del PSOE ni del PP, ni lo soy ni lo quiero ser. Pero me parece esperpéntico que su partido, salvo honrosas excepciones, haya preferido sentarse en casa y no digerir que la situación es la que es y que usted, como español al frente de tan alta responsabilidad, haya sabido anteponer intereses de España a los de su partido. Eso le honra aunque haya allanado el camino a sus adversarios.

De la derrota de ETA , también le doy las gracias, porque estos últimos años con el Sr. Rubalcaba al frente, mucho hay que decir aunque ahora, como siempre, el triunfo tiene un montón de padres. A mi no me gustan ciertas representaciones políticas pero estoy seguro que usted no las ningunea y hablaría también con ellas. Quienes dicen que hablarán con todos y luego dejan a un grupo fuera tenían que haberse puesto la venda antes que la herida.

Ha sido magnífico ver a una mujer al frente de las Fuerzas Armadas, créame.

Todo es manifiestamente mejorable y no es cuestión de elegir, digo que le han zaherido, dentro y fuera de su partido, de manera injusta, se ha equivocado usted como todos, pero se ha tragado no ya sapos sino cocodrilos por anteponer un proyecto nacional a la sede local de su partido en cualquier rincón de España.

Sr. Presidente, podríamos estar charlando mucho pero por si le basta, sencillamente, gracias. Otros vendrán que bueno le harán.

Ahora toca colaborar con el próximo gobierno a salir de esta situación. Sus manos y las de todos los españoles son pocas pero alguien debió croar como las ranas en tan larga travesía y no experimentar la Ley de la Gravedad de Newton y ver como cae la manzana del poder atizada por las tempestades que hundió la Armada Invencible.

Como español de a pie, toca arrimar el hombro, también a usted.

Lealmente crítico y agradecido.

Carlos Juma

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