Las tetas y la libertad de expresión

Se trata de dos posturas legítimas que chocan: la de un ayuntamiento y una empresa privada de televisión. El Ayuntamiento tiene una concejalía y una comisión por la igualdad que no se crearon para asfaltar las calles, o para regularizar el tráfico, o para promover la seguridad ciudadana que tanto nos inquieta en estos días de psicosis creada por no se sabe quién; porque los periodistas somos muy santos y los medios sólo se dedican a informar para cumplir con su estupendo deber. La comisión por la igualdad de la corporación municipal se creó para promover la igualdad de la mujer y para denunciar lo que considere que sea contrario a la igualdad entre los géneros o que atente contra la dignidad o la libertad de la mujer. Por eso es compatible que un ayuntamiento tenga concejalía de Igualdad y Concejalía de Seguridad, o de Tráfico, o de Fomento.

Es lógico que la cadena que comenzó sus emisiones con las mamachichos no entienda que desde los poderes públicos se preocupen por esta bobería de la igualdad o la dignidad de la mujer. Pero afortunadamente además de los dos actores principales, Telecinco y el Ayuntamiento, entran en escena otros actores: periodistas, lectores, oyentes de radio. Y entonces continúa el debate: que si el Ayuntamiento no está para estas cosas, que si viva la libertad de expresión, que si Sonsoles también enseñó las tetas el día que dijo que iba a votar a Saavedra. No incluyo en esta relación varias opiniones homófobas dirigidas contra Jerónimo Saavedra por algunos lectores publicadas por un periódico, supongo que publicaron esas opiniones insultantes contra Saavedra por ese bello compromiso con la libertad de expresión. Seguro que están dispuestos a publicar también insultos contra sus accionistas o directivos, ¿o no?

El autor de Sin tetas no hay paraíso, Gustavo Bolívar, dijo que el objetivo de la novela que escribió y que después se adaptó a guión televisivo era denunciar el caso de muchas jóvenes que recurren a la cirugía estética para poder ser aceptadas como prostitutas de lujo entre narcotraficantes colombianos. Bolívar dice que escribió la novela basándose en la historia de Jessica, una muchacha de un barrio de Bogotá que se prostituyó para pagarse una operación estética. El escritor ha sufrido amenazas de muerte de los narcotraficantes por sus denuncias periodísticas, por eso actualmente vive en Miami. Sin duda son datos interesantes y habría que ver la telenovela para comprobar que sus objetivos se cumplen. En ese caso a lo mejor los concejales se precipitaron al realizar su valoración. Pero parece que los directivos de Telecinco tampoco están muy convencidos de que el guión de Gustavo Bolívar responda realmente a los loables objetivos que el escritor ha declarado, por eso han preferido atacar al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria por el concurso de Reina del Carnaval. No se atrevió Telecinco a criticar que la corporación capitalina haya dedicado 60.000 euros al concurso de Miss Las Palmas. Porque precisamente Telecinco ha sido tradicionalmente la divulgadora de estos concursos. Yo creo que el Ayuntamiento no debería gastar dinero público en el concurso de Miss Las Palmas, y creo que este certamen va en contra de la igualdad y la dignidad de la mujer, aunque lo acompañen de concursos de hombres. Pero sí me parece positivo que los concejales de mi ciudad también se reúnan para hablar de la dignidad de la mujer.

Creo que los concejales no han atacado la libertad de expresión, sino que han hecho uso de este derecho. Puestos a defender la libertad de expresión de Telecinco sería bueno que recordáramos a José Couso, el camarógrafo que la cadena televisiva envió a la guerra de Irak sin tenerlo contratado en su plantilla y que fue asesinado por las tropas norteamericanas con la pasividad posterior del Gobierno español. Me quedo con aquella libertad de expresión por la que murió Couso. Porque para defender la libertad de los que realizan Aquí hay tomate o de las tetas de Jessica parece que en Canarias sobran voluntarios. Juan García Luján