Es tiempo de elegir y, por lo tanto, de lo que se ha dado en llamar la fiesta de la democracia; y también de ser elegidos; pero hay quienes se sienten elegidos independientemente del juego democrático libre, directo y secreto que es el derivado del ejercicio del voto. Éstos, hijos de la soberbia, amantes de la prepotencia, del fisioculturismo, de la estética, de la puesta en escena, expertos jugadores de la explotación del catastrofismo, no piensan (imposible que lo hagan con una sola neurona). Pero, eso sí, pasean su figura apelmazada como una jarea a la busca y captura del voto de quienes sólo han aprendido a ver con un ojo: los llamados “tuertos unilaterales en política” o los autodenominados “yo no sé nada de política” o para más inri, “paso de la política”.En nuestra sociedad no se puede pasar de la política, porque todos, de una u otra manera, estamos inmersos en ella. Inútil explicar a la inteligencia esta afirmación.Consecuentemente, y a poco que se tenga una sinapsis -que exige como mínimo dos neuronas-, ha llegado el momento de hacer una razonamiento personalísimo, poner en marcha la capacidad de crítica y decidir limpiamente a qué formación política o a qué personas damos nuestros votos. Y dado que a lo largo de estos cuatro años hemos sobrevivido al hartani (tsunami político) de quienes, amparados en siglas muy valiosas, las han puesto a su servicio a sabiendas de que su actuación era y es reprobable y un insulto permanente al ejercicio de la democracia, pasen a peor vida. La exigencia es la misma de todos y para todos. Aquí no se libra nadie, sea de la formación política que sea.Buscamos y queremos aires nuevos en la forma de gobernar, de respetar a las minorías, de no discriminar a nadie, de no excluir, de no amenazar ni de sentirse amenazado con inventados micrófonos ocultos. Deseamos gobiernos al servicio del pueblo llano, que vengan a resolver los problemas graves de vivienda, los que malviven en la pobreza mísera, los que son injustamente tratados porque no tienen padrinos.Quiero un gobierno para mi capital, para mi Cabildo, para mis Islas Canarias, conformado por personas que tengan la capacidad de ser honestos y demostrarlo de manera consecuente actuando en base a su ideario y programa.Si para eso tengo que pensármelo entre la petardez, la soberbia asalmonada, o el mundo feliz de Aldous Huxley, todos actuando por separado y juntos en el objetivo de apoderarse ante la Notaría del 27 de mayo de 2007, para su propio beneficio, el de sus cómplices y el de sus sometidos, lo tengo claro, en virtud del trabajo multisináptico.Y siendo el voto libre, directo y secreto ejercitaré este deber y derecho. A esto le animo, paisano, a votar que son cuatro días o cuatro años pero le recuerdo que hay quienes se han subido seis peldaños y a esos hay que estamparlos contra el suelo, por el bien de todos, incluidos la militancia y simpatizantes de su popular partido.Errare humanum est y por ello existe la rectificación, que dicen es cosa de sabios. Hay que cambiar la vida política so pena de ser presos de la altanería y de la soberbia propias de quienes confunden mayoría con dictadura. Carlos Juma