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Espacio de opinión de Canarias Ahora

Esto es Hollywood

Fayna Brito / Fayna Brito

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Para muestra, varios botones. No hace tanto que el Gobierno de Canarias se gastaba 600.000 euros (o sea, 100 millones de las desaparecidas pesetas -y en este caso nunca mejor dicho lo de desaparecidas-) para traer a Al Gore a las islas a hablarnos de lo que nos espera con el cambio climático. Se ve que no encontraron ningún experto más a mano. En cualquier caso, unos meses después, ahí estamos engalanando las calles con miles de lucecitas de colores para demostrar lo contentos que estamos porque llega la Navidad. Se calcula que el consumo de todas esas lucecitas sembradas por el territorio nacional bastaría para alumbrar una ciudad de 50.000 habitantes durante todo un año. Pero no importa, despilfarremos, que no sabemos cuántas Navidades nos quedan sobre el nivel del mar y todo indica que, como sigamos así, van a ser más bien pocas.

Además, como en cualquier película de Hollywood, en Canarias no faltan actos multitudinarios y patrióticos, que hacen enfervorecer a las masas. Sin ir más lejos, la noche del pasado miércoles se reunió en Santa Cruz de Tenerife la flor y nata de nuestra política y empresariado (valga la distinción) y hasta un alto cargo de la iglesia para dar la bendición a un nuevo centro comercial. Ignoro quiénes son los padrinos de la criatura, pero el bautizo se celebró por todo lo alto, con fuegos artificiales, música y danza. A la mañana siguiente y sin convocatoria previa, se produjo una maratón improvisada. ¿La causa?: un audaz establecimiento de la gran superficie ofertaba secadores de pelo a un euro la unidad, lo que activó entre los consumidores el deseo de poseer uno a toda costa.

En pocos minutos no quedó ni rastro de los miles de aparatos, así que una de dos, o antes del jueves salía todo el mundo con el pelo empapado a la calle (lo que explicaría las continuas gripes y resfriados) o algo está fallando con la movilización ciudadana.

Y como a esta película no le falta de nada, también tenemos una bandera, o ya que estamos a lo grande, cientos de banderas inundando nuestra ciudad de rutilantes estrellas verdes, que, según sabemos ahora, invitan a la refundación del nacionalismo canario. Lo qué hay detrás de esta consigna, no se sabe muy bien, pero a estas alturas, ¿a quién le importa? Lo que cuenta es la puesta en escena, que sea grande, grande y cantosa, como los centros comerciales y las luces de colores, como la ilusión de que no hay problemas en Canarias y de que en estas islas, nos va de purito cine.

Fayna Brito

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