El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Los abogados, anclados en el pasado
Francisco Cabrera denunció ante la prensa y ante los tribunales que Arnáiz, motivado convenientemente por Soria, había pasado información privilegiada de la empresa pública Megaturbinas Arinaga a Promotora de Recursos Eólicos, un chiringuito de 3.000 euros de capital social propiedad de Javier Esquivel. Cabrera, que era gerente de Promoción Internacional del Puerto, fue despedido por Soria porque, en realidad, estaba contratado por la Sociedad para la Promoción de Gran Canaria, dependiente del Cabildo, y desde allí era uno de los padres de la idea de que desde lo público se hiciera el negocio eólico. Soria no quería, y por eso desmanteló Megaturbinas. Cabrera lo denunció y acabó en la calle, pero este martes se vio sorprendido por unos agresivos abogados representando a la Sociedad de Promoción, al Cabildo y al Puerto, que no deben haberse enterado de que Arnáiz ya está en Argentina. Son otros tiempos y ya ni siquiera hay pelotazo a la vista.
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