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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

El abrazo del oso del PP a Clavijo

Asier Antona durante una intervención en el Parlamento de Canarias. Efe.

El mejor servicio que Fernando Clavijo podría hacerle ahora mismo a su propia causa es pedir al PP que no lo apoye más; que se meta en sus asuntos, en enderezar la contestación ciudadana que está mereciendo; en elegir unos buenos candidatos para 2015; en sacar del atolladero penal a sus diputados Montelongo y Pérez-Camacho; en tapar la boca a los bocazas de ambos lados archipielágicos y en rezar para que Bárcenas no se chive más. Porque a los comentarios privados y no tan privados de apoyo al alcalde de La Laguna para que suceda a Paulino Rivero en la candidatura presidencial del año que viene, se han sucedido ya sin disimulo pronunciamientos públicos que, desde luego, dejan en muy mal lugar al autoproclamado candidato de la renovación en Coalición Canaria. En horas 24, dos dirigentes del PP canario han dejado in puris naturalibus (en pelota picada, en romance) al alcalde de La Laguna. Primero fue Astrid Pérez, presidenta del PP de Lanzarote, la que en una jugosa entrevista a Crónicas de Lanzarote mostró sin disimulo a quién prefiere el PP en el caso de poder sumar con CC y formar gobierno a partir de la próxima primavera. Juzguen ustedes mismos: “Fernando Clavijo sí está a favor del petróleo, condicionado a que Canarias tenga beneficios, exactamente igual que el PP de Lanzarote, donde incluso hemos ido más allá, porque estamos a favor del petróleo siempre y cuando Canarias tenga beneficios y un determinado porcentaje vaya para Lanzarote. Fernando Clavijo piensa igual pero le han mandado a callar porque la dirección insular de Lanzarote apoya a Fernando Clavijo y con la campaña electoral ya montada, era un inconveniente que Clavijo dijera esas cosas”. Bueno es reconocer que Clavijo empezó tibio con el asunto petrolero pero corrió sus iniciales desatinos mostrándose ahora contrario a las prospecciones, lo que ha aplacado de alguna manera el rechazo inicial de los suyos en las dos islas más orientales hasta el punto de afirmar ahora que cuenta con una gran parte de su respaldo para suceder a Paulino Rivero.

Asier Antona, con Clavijo hasta la muerte

Astrid Pérez no es, desde luego, una dirigente regional del PP que pueda hablar con excesiva lejanía del asunto petrolero. La contestación a las prospecciones que se respira en Lanzarote, donde ella tiene asentada su residencia (concretamente en una casa con expediente disciplinario en La Bufona), la ha convertido en una profesional de la política de los pies a la cabeza, de esas que soportan lo indecible (algún insulto incluido) por guardar la lealtad inquebrantable al jefe máximo. Por eso le viene muy bien cualquier atisbo de fragilidad argumental de cualquier adversario, fragilidad que en el caso de Clavijo se convierte en connivencia. Pero su posicionamiento del lado del alcalde de La Laguna no le va a reportar a éste ni un solo voto más de sus correligionarios conejeros; más bien cabría barruntar lo contrario porque un abrazo del oso como los que prodiga la señora Pérez no es precisamente lo más conveniente en los tiempos que corren. Algo más comedido, pero en la línea en la que se ha manifestado en reuniones privadas con empresarios y otras gentes dedicadas a guarecerse en el entorno del poder, Asier Antona se ha manifestado también clavijista de toda la vida. “Si Paulino Rivero no es elegido candidato de CC para las elecciones autonómicas de 2015 se acabará la guerra, la batalla y el enfrentamiento relacionado con las prospecciones petrolíferas”, ha dicho este mismo miércoles el secretario general del PP de Canarias. O sea, que Antona está seguro de que con Clavijo no habrá inconveniente, obstáculo, óbice o valladar para que Repsol se instale por las bravas en las aguas cercanas a Canarias y haga lo que Soria le ha dicho que debe hacer. Ya está tardando don Fernando en marcar el teléfono de don Asier. Mira chico, mejor no me defiendas más, anda.

Fernando Bañolas, otro oso

Pero si los abrazos perversos que propinan a Clavijo desde el exterior son peligrosos, molestos e insalubres, no hay que despreciar algunos de los que provienen de su propia organización. Por ejemplo, el secretario general de Coalición Canaria en Gran Canaria, Fernando Bañolas, asistido a las bandas por la ex vicepresidenta Mari Mar Julios y por el ex alcalde aruquense Juan Francisco Padrón, se ha empeñado en alejarse al máximo de la neutralidad y se ha convertido, fuera de Tenerife, en el principal embajador de la buena nueva de su tocayo Clavijo. Fue Bañolas el primero en recabar avales en favor del nuevo candidato y el primero en ponerse en la foto de una renovación que en su caso y en el de los que le acompañan no parece desde luego muy creíble. Pero, además, se ha empeñado en hacer un feo permanente al presidente del Gobierno desentendiéndose por completo de los actos de campaña que éste organiza en Gran Canaria y ni siquiera constituyéndose en el que se celebró hace más de una semana en la sede insular de la calle Buenos Aires. Sin embargo, ejerció de presentador y aglutinador de la presentación formal de Clavijo en el mismo espacio, y recibe con auténtica indiferencia las críticas constantes que le formulan sus compañeros del Comité Político Insular por haberse alejado de las decisiones orgánicas respecto a esta carrera interna. Dicen en el entorno de Bañolas que ya cuenta con diez de los dieciocho vocales que Gran Canaria tiene en el decisivo Comité Político Nacional que habrá de inclinar la balanza a un lado u otro en septiembre. Sus contrarios no lo dan por seguro, ni mucho menos. Tanto Bañolas como Julios han puesto sobre la mesa todo su crédito político a una sola carta. Ellos sabrán por qué.

Rivero, remolón

En el otro bando la cosa parece más evidente. Ninguno de los consultados da el pescado por totalmente vendido y reconocen que los tres quintos necesarios para ser candidato están en manos de Lanzarote y de La Palma. Dan por perdida una buena parte de los votos de Tenerife y de Gran Canaria, pero suman a su haber los de La Gomera, El Hierro y Fuerteventura. Niegan, pero sin aspavientos, que Rivero se haya venido abajo tras algún recuento que alguien le hiciera en un reciente almuerzo, o que las entrevistas de la semana pasada en las que se mostró aún indeciso respondan a otra táctica que la de no presionar más de lo elegantemente debido a los que tienen que emitir su voto. En su entorno rechazan cualquier reconocimiento de debilidad, aunque hay quien sí reconoce que se han cometido errores en la gestión de centros directivos como la Radiotelevisión Canaria, la Sanidad o los Servicios Sociales, con un rotundo suspenso en dependencia. Clavijo ha aprovechado esas rendijas, y particularmente por la llaga de Willi García (una apuesta personal con ribetes de empecinamiento de Rivero) ha abierto una herida que en Coalición Canaria no se ha cerrado nunca. Y ya que hablamos de medios informativos, permanezcan atentos a los cambios de rumbo que se ejecutan en determinadas cabeceras, particularmente nivarienses, porque ya hay alguna que se quiere volver a erigir en guardián de las esencias áticas aprovechando que el alcalde de La Laguna ha abierto el baúl de los recuerdos mentando a viejas glorias como Manolo Hermoso. Esperen a ver lo que tardan en reivindicar la figura (ahora algo ajada tras una lesión de espalda) de Miguel Zerolo.

“La comunidad autónoma más próxima”

Ha vuelto por sus fueros José Manuel Soria a ejercer de ministro de la petrolera Repsol. Se había reservado un tiempo hasta que su departamento ministerial ha tenido lista la autorización para que la compañía de su compadre Antonio Brufau pegue a perforar en las aguas cercanas a Canarias. O a Jerez de la Frontera, porque entre la concepción que tiene el señor ministro del meridiano de Greenwich y su empeño por decir que las cuadrículas sandía, plátano o chirimoya no están en Canarias nos hemos hecho un puñetero lío geográfico. Este miércoles volvió Su Excelencia a liarla más anunciando que habrá beneficios fiscales para “la comunidad autónoma más próxima”, es decir, para Canarias, en el hipotético caso de que su petrolera de cabecera encuentre hidrocarburos por la zona. En su defectuoso empleo del oxímoron, o se le fue el baifo o trató de colarnos a todos una de sus habituales mentiras. Primero: la Ley de Hidrocarburos en vigor (que no la han modificado que sepamos) no existe ninguna previsión legal para que “la comunidad autónoma más próxima” a una explotación petrolífera pueda tener beneficios fiscales de ningún tipo. Segundo: otra cosa es –y todavía no lo ha dicho- que su Gobierno pretenda hacer la correspondiente modificación legal, algo con lo que se ha especulado en algunos foros políticos. Las primeras aproximaciones a la cosa hablan de un euro por barril, lo que trasladado a las más optimistas previsiones de Repsol (entre 300 y 400 millones de barriles) arrojaría una recaudación para Canarias de 300 o 400 millones de euros ¡en veinte años!, que es el tiempo que ha calculado la gente de Brufau que estarían explotando los pozos más rentables. Si tenemos en cuenta que el presupuesto actual de la Comunidad Autónoma (reducido por aquello de la estabilidad) es de unos 6.000 millones de euros, ya se podrán imaginar las cosquillas que eso hará en nuestra economía a cambio de los riesgos que habrá de asumir el sector turístico y la riqueza ambiental aparejada a él.

Échale hilo a la cometa

En el mejor de los casos estaríamos hablando de una modificación de la Ley de Hidrocarburos que se tramitaría una vez acabaran las prospecciones y se comprobara que, efectivamente, hay hidrocarburos que extraer de manera rentable para Repsol. Quedan, por supuesto, en el alero, las indemnizaciones por accidentes que pudieran producirse durante los sondeos que se anuncian ya para octubre, porque el montante previsto para una eventualidad grave no superaría –según la autorización de Industria- los veinte millones de euros. Eso no da, queridísimos, ni para dejar maqueadas las playas de Lanzarote según los bienintencionados deseos del concejal de Teguise Roger Deing. Antes de que todo eso ocurra, el PP habría de ganar las próximas elecciones y los permisos a Repsol sortear la batería de recursos que las administraciones canarias amenazan con presentar. De entrada, habrá recurso a la sentencia del Supremo que bendijo la convalidación hecha por Soria en 2012 a los permisos anulados de 2001. El Gobierno se basará en el voto particular de dos de los magistrados para alegar que el alto tribunal debió plantear una cuestión prejudicial consultando primero a las instancias europeas si se vulneran con esa autorización las directrices comunitarias en materia ambiental. En su defecto, la cosa acabará en amparo ante el Constitucional. Paralelamente, las instituciones canarias van a recurrir la reciente autorización de Industria, para lo cual los servicios jurídicos se están estudiando a toda leche los más de 500 folios nuevos incorporados al expediente en el plazo impuesto de diez días. Unos folios que, por cierto, contienen inquietantes novedades, como la incidencia que podrían tener en las prospecciones eventuales movimientos sísmicos en la zona, algo que, mira tú qué cosas, a Repsol se le había pasado incomprensiblemente en el estudio de impacto ambiental. Y mientras tanto, ya han visto la que se ha armado en la reserva marina de la playa de El Cabrón con el vertido de un barco. ¿Se imaginan unos hilillos de plastilina de Brufau?

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