Parece mentira que estas cosas se estén dando, pero se dan. El acoso inmobiliario, del que hay un ejemplo palmario en Lanzarote, concretamente en Berrugo, con la casa centenaria de un carpintero, está obligando a las instituciones a movilizarse y a crear planes que impidan que las grandes compañías puedan hacerse con propiedades cuyos titulares se niegan a abandonar por las buenas. La ministra de Vivienda, Carme Chacón, firmará este viernes convenios para poner en marcha la experiencia piloto contra el acoso inmobiliario con los ayuntamientos de L'Hospitalet de Llobregat, Fuenlabrada, Gijón, Denia, La Coruña, Vitoria, Getafe, Córdoba, Elche y Las Palmas de Gran Canaria. Estos municipios han sido los primeros en sumarse a la iniciativa reclamada por el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para llevar a cabo actuaciones y programas conjuntos contra este fenómeno tan deplorable.