A la espera de nuevas reacciones oficiales, en Canarias o Ferraz, el tsunami de La Oliva tiene pinta de que se quiere manejar en el PSOE con ese movimiento tan socorrido cuando se ve venir: agacharse y dejar pasar la ola. Le toca ahora a los socialistas tras el revolcón sufrido por el PP, y su presidente regional, José Manuel Soria, con sus “48 horas naturales”, que este miércoles volvían a convertirse en no se sabe cuántas más a la espera de otra reunión de su Ejecutiva este jueves. De Soria, todo se puede esperar en su pulso eternamente perdido con el marqués, pero para el PSOE, que se ha dejado llevar por Fuentes Curbelo y Blas Acosta en el tantas veces anunciado pacto de la avioneta, las consecuencias de la moción de censura pueden ser mucho más graves si cala hasta los huesos la sensación de frío que ha dejado en buena parte de la población: “todos son iguales”.