La empresa que el equipo de investigación de Soria le encontró a Francisco Cabrera tiene claras diferencias con la que fue la favorita (con perdón) del presidente del Cabildo. Efectivamente, Promotora de Recursos Eólicos se montó con 3.000 euros de capital social en junio de 2004 (cuatro meses antes del concurso) y su objeto social es precisamente la explotación de la energía eólica. Nada más constituirse, la empresa solicitó concesiones administrativas en todos los recintos portuarios controlados por Arnáiz, y cuando el Consejo de Administración del puerto bloqueó estas concesiones, fue el propio Arnáiz, el protegido de Soria, quien firmó a su representante (Javier Esquível, casero de Soria) el famoso contrato del 3,5% nulo, ilegal y lesivo para el puerto. Tiene actualmente a su apoderado, José Ignacio Esquível, y a su secretario, Alfredo Briganti, en libertad bajo fianza acusados de cohecho y tráfico de influencias precisamente en relación al concurso eólico. Y la empresa de Cabrera, pendiente de fabricar la primera galleta.