Y el gas era una empresa, pero como muchos lo entendían como negocio, allí aparecieron constructores, armadores, sanitarios, publicistas, y todos los epígrafes de la Hacienda Pública a excepción de empresarios del sector energético. Y ¿cómo salir de esto? Mauricio lo enredó bastante y por eso dimitió, lo cual ya constituye noticia porque aquí no dimite nadie ni por cosas peores. Ahora se trata de despolitizar el asunto y desinfectar y fumigar de tanta irresponsabilidad. Para tarea tan ardua, nadie mejor que un empresario de éxito que, además, es líder de un ancho espectro del empresariado. Juan Miguel Sanjuan es un empresario depredador solitario, de los que haría las delicias de Félix Rodríguez de la Fuente, y por ello sorprende que haya aceptado el nombramiento. Digamos que habiéndole dicho no a Becerra, Sanjuan quiso aceptar a instancias del presidente.