La desmesura por el reportaje de Telecinco sobre el despiporre dunar alcanzó este lunes cotas estratosféricas. Sólo Paulino Rivero, miren por dónde, introdujo en el debate un poquito de mesura, situándose en las antípodas de los disparates que por esa boquita suya soltó su vicepresidente, José Manuel Soria. Rivero dijo que no es para tanto, y Soria, que el Cabildo de Gran Canaria es un desastre desde que él se marchó: “Primero escondieron la bandera, y luego pisotearon el nombre de la isla”. Insuperable, Manolo. Entre ambos extremos se situaron los que quieren reclamar de Telecinco una rectificación pública de igual dimensión. Nosotros, que somos críticos hasta con la crítica, les proponemos un ejercicio sencillito, a la par que clarificador, de lo que es hablar mal de nuestra principal zona turística, responsabilidad directa de un desastre de Ayuntamiento, el de San Bartolomé de Tirajana.