Se velan armas en el Partido Socialista Canario tras el fracaso electoral cosechado con tanto esmero en Tenerife. Juan Carlos Alemán, secretario general regional, parece dispuesto a irse cuando aparezca alguien que le sustituya en tan dura tarea y le deje dedicado en exclusiva a la vicepresidencia segunda del Parlamento (uff, qué estrés). Vamos, esperando a Godot. Pero resulta que el esperado en esta tragedia no es Juan Fernando López Aguilar haciendo de Rey Lear: dividirá su trono entre sus dos hijas, la política orgánica y la política de instituciones, esperando no terminar como el monarca shakesperiano, arruinado y alimentado por la hija buena. Muchos no entienden a qué espera Alemán para ir montando el Congreso Regional Extraordinario, o al menos una conferencia en la que diga a los seguidores cómo va a ser ese futuro. A marea alta, golpes a la lapa. Todo menos el inmovilismo.