Parecía otra persona. José Manuel Soria increpando al director general de un grupo mediático era la caricatura de aquel político elegante, prometedor, experto en la comunicación y en las relaciones públicas. Sabe que muchos de los que antes le jaleaban ahora le retiran el apoyo, y casi nadie se recata a la hora de opinar que debe abandonar la política antes de que sea peor. Por eso se pone tan nervioso cuando ve noticias hasta hace poco impensables, y por eso increpó al máximo responsable editorial de La Provincia: “¿Que qué me pasa? Que te has aliado con Carlos Sosa para meterme en la cárcel”, insistió en tono inquisidor. En dos ocasiones García-Alcalde le advirtió con dar por finalizada la conversación si no cambiaba de derroteros: “No abuses de mi buena educación, José Manuel”. Pero José Manuel seguía erre que erre ante el bochorno de Pepa Luzardo y Felipe Alfonso El Jaber.