Y ahora vamos con la tercerita. El programa electoral del PP para las elecciones de mayo próximo incluye un último apartado, de otros dos folios, dedicados a la regeneración, palabra que da título al capítulo en cuestión para que no quede ninguna duda. Pues bien, en este tercer brindis al sol de los populares nos encontramos con una interesante propuesta consistente en reformar el Código Penal para “ampliar y endurecer los tipos penales relativos a corrupción, adecuando las sanciones para cargos y empleados públicos para que sean ejemplarizantes, proporcionadas y disuasorias”. Pero lo mejor viene cuando, en el mismo párrafo se dice literalmente: “Asimismo es preciso ampliar los plazos de prescripción de esos delitos, endurecer las penas por denuncias falsas y mejorar la protección de los empleados públicos que denuncien actividades fraudulentas o corruptas”. Es como un traje a la medida, con perdón, hecho para José Manuel Soria porque de no haber sido por la prescripción, seguramente estaría ahora enfrentándose a un juicio con jurado por cohecho impropio. Y, también posiblemente, a una dura pena por denuncias falsas y por perseguir a trabajadores públicos que lo denuncian, que ejemplos tenemos de sobra. Lo malo es que el PP se abstuvo en la última reforma del Código Penal que precisamente endurece penas y prescripciones.