Muchos vecinos de la santacrucera avenida La Salle y alrededores andan muy cabreados desde hace dos días. Han desaparecido los árboles con enormes copas situados entre el cruce de la calle Quevedo y la rotonda de la Avenida Buenos Aires. Después de tunear el Puente Galcerán con una luz psicodélica a ras de suelo y unos pretiles destrozarruedas, ahora se han empeñado en llegar con el mismo material hasta la Avenida Tres de Mayo y los centros comerciales colindantes. No sólo se ponen estas losetas sobre el asfalto, sino que dentro del plan de embellecimiento de Santa Cruz se cambian las aceras. El tal plan implica talar todo lo verde que haya por los alrededores, quizás acopiando madera para hacer otro Pinocho como ese de las vallas de “Yo cumplo”. O porque lo que mola es el gris cemento, con la textura y dureza de la cara de algunos.