¿No se han preguntado ustedes nunca qué fue de aquellas dos querellas que con gran aparato mediático interpuso contra su ex esposa el Zorro Plateado, también conocido como José Miguel Suárez Gil? ¿Se acuerdan de aquella escandalera a toda pastilla en portadas de papel magnificando esas dos acciones del ex dirigente empresarial? Pues ya les podemos ir adelantando que las dos querellas que con tanto afán destacaron algunos sesudos periodistas ya han sido archivadas. Pero lo han sido por inanición, si es que se puede emplear ese término en el mundillo jurídico. Por flojera, por nulo interés de la parte querellante, para que nos entiendan. La primera querella la planteó ese dechado de la dirigencia empresarial por hurto. Acusaba a su ex esposa, la abogada Josefina Navarrete, de haberle robado unos lingotes de oro, una televisión y una colcha. Los lingotes aparecieron al día siguiente en una trampilla que el propio denunciante se había hecho hacer. La tele la pagó la abogada con su tarjeta de compras de El Corte Inglés, y la colcha -Santa María, qué denuncia más cutre- la había confeccionado la buena señora con unas telas que compró ella misma en El Kilo de San Bernardo. El juez instructor, Tomás Martín, ni siquiera llamó a declarar a la denunciada, y con fecha 22 de febrero archivó esas diligencias previas, las 869/2011. El Zorro ni siquiera recurrió el archivo, que es por lo tanto firme.