Luego vendrá la parte más dolorosa, la consistente en decirle al PP que se marcha a la oposición en el Cabildo y en todos los municipios lanzaroteños donde cortaba una parte del bacalao hasta la semana pasada. Será cuando expliquen el nuevo pacto lanzaroteño, cerrado en el tiempo récord de 48 horas, las que se dieron a sí mismos PSC, CC y el PIL no oficial, pero que han ido dilatando para no ser muy faltones. Será Manuel Fajardo quien presida el Cabildo si, como se espera, fragua ese nuevo pacto de los diecisiete y nada vuelve a sobresaltar los tranquilos espíritus de los conejeros. Pero antes, atención, habrá que esperar por el presidente del PP lanzaroteño, que ha amenazado con demostrar lo ruin que es el PSC de esa isla, que les ha engañado vilmente. Mala estrategia la de Alejandro Hernández, que se encontrará con la horma de su zapato cuando los socialistas le restrieguen por las narices las traiciones peperas de febrero. Y que cada palo aguante su vela.