Cuentan en redacciones periodísticas y en despachos institucionales que Asier Antona quiere ser indio bueno. Que prepara, para no se sabe muy bien cuándo, el día después de la marcha de José Manuel Soria de la primera línea del Partido Popular canario. No quiere ser el sucesor de las manos manchadas, el heredero de una manera abrupta de hacer política, sino el genuino representante de la nueva generación de líderes conservadores. Por eso acostumbra a avisar con cierta antelación, poca, como si poniendo la venda antes que la herida pudiera remediarse la escandalera que él u otros en nombre del caudillo o en su propio nombre montan acto seguido para evidenciar una absoluta carencia de escrúpulos políticos. No tiene remedio, le han cogido la matrícula. Y es una pena porque personas como él o como el diputado regional Víctor Moreno acabarán inmolados en la misma hoguera en el que algún día indeterminado ?pero ni lejano ni oculto en ignotas montañas- acabará quemándose la gestión del actual Partido Popular de Canarias. El sistemático e inconsciente ataque de ambos a la televisión pública de Canarias es un ejemplo más de la deriva disparatada a la que conduce esa manera de ejercer la oposición: que la cierren, claman cada semana, y que destinen lo que cuesta a políticas sociales, cacarean en una pésima traducción de lo que creen que desean los ciudadanos. Y tratan de ocultar con esos chillidos desaforados sus propias miserias, las de un partido que desprecia a los más desfavorecidos y, por mezclar lo que ellos también mezclan, desprecia a los medios informativos, tanto públicos como privados. Porque es una mala política de comunicación pedir el cierre de un canal televisivo público cuando se mantiene otro de la misma titularidad en la misma autonomía cuyos costes y eficiencia permanecen ocultos para evitar odiosas comparaciones. Y es mala política de comunicación llamar a los mismos periodistas a decirles que en realidad no quieren despeñarlos en las listas del desempleo, sino que ejecutan órdenes de Soria, “que ya tú sabes cómo es”. No, no está el PP, ni sus Asieres ni sus Morenos, para mostrar el buen gobierno de los medios de comunicación. Ni los públicos ni los privados.