Posiblemente sea culpa de la prensa, puñetera que es cuando relata las cosas que dice el nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Javier Sánchez-Simón, que un día se muestra tierno y dialogante y al siguiente se instala en ese puntito de soberbia que tanto caracteriza a algunos de los suyos. Este sábado volvió a la palestra para decir que el PSOE no se entera, que existe un decreto que anula a uno anterior que a su vez regulaba el perfil que han de reunir los consejeros portuarios designados por la Comunidad Autónoma. Tardó tres días en caer en la cuenta, y en esa caída parece que le ayudó el presidente Rivero, experto consumado en decretos inexistentes (se ha saltado el de sustitución presidencial) y en dar la vuelta a la tortilla para que la parte chunga caiga siempre del lado socialista. De Madrid, a ser posible.