Para echarse a temblar. La lectura de los nuevos tomos del caso Góndola, hechos públicos para las partes este miércoles, confirman la bondad de la Ley de Murphy y empeoran muchísimo la impresión generalizada de que en Mogán ha habido durante estos últimos años una sucesión inaceptable de comportamientos públicos elaborados con todos los ingredientes propios de la corrupción. Si hasta ahora han venido leyendo en éste y en otros periódicos de Gran Canaria las historias más truculentas y cutres de Paquirrín González y Onalia Bueno, prepárense para acceder a los salones principales del trapisondismo, donde personajes más alejados de la astilla, del menudeo, también se aplican a fondo a gestionar lo público de mala manera, la peor. Les acercamos en esta edición las primeras entregas, tómenselo con calma y no se depriman, que todo lo que puede empeorar, cae del lado de la mantequilla. Ya saben.