El manifiesto que firmó Adolfo Prego en su calidad de magistrado del Supremo (así figura en el pliego distribuido en su momento) contiene una concienzuda y descarnada descalificación de la ley de memoria histórica del Gobierno socialista a la que se tacha de “ataque a las libertades públicas y la cultura” porque, entre otras cosas, “la ley atribuye carácter democrático al Frente Popular”, cuando dicha formación “se compuso, de hecho o de derecho, de agrupaciones marxistas radicales, estalinistas, anarquistas, racistas sabinianas, golpistas republicanas y nacionalistas catalanas”. Además, los firmantes atribuyen a la ley “extremos de perversión ética por igualar como 'víctimas de la dictadura' a inocentes, cuyo paradigma podría ser Besteiro, y a asesinos y ladrones de las checas, cuyo modelo sería García Atadell”. Junto a Losantos y el ilustro magistrado, firman esta pieza destacados ultraderechistas como Pío Moa, César Vidal y Ricardo de la Cierva, todos adscritos a la nómina de dogmáticos del radiopredicador de la COPE.