¿Dónde están nuestros hijos? obtuvo un buen índice de audiencia, un 12,5%, tres puntos por encima de la media de la cadena, y fue visto por un promedio de 75.000 personas. Ese es, quizás, el principal dato a resaltar, aunque podemos encontrar otros, como el innegable éxito técnico y humano que supone hacer ocho conexiones externas a la vez y despertar un sentimiento de solidaridad en una región tan desestructurada, discontínua, frágil y ultraperiférica. Pero desde formato escogido hasta el trono modelo aló presidente que pusieron al presentador, pasando por los comentarios editoriales de Willy García, el especial es para estudiarlo en la facultad de Ciencias de la Comunicación. Y relegarlo a cadenas privadas con otros objetivos que las públicas.