Felicitamos muy efusivamente al empresario noruego Björn Lyng, que se apresta a celebrar su cumpleaños número ochenta, lo que ya tiene tela habiendo llevado sobre sus espaldas la actividad que ha llevado. Es Lyng empresario con iniciativa donde los haya, con capacidad para sobreponerse a las leyes del mercado, a las crisis y hasta a la inapelable ley de la gravedad. Ha visto volar burros en Mogán, donde tiene su imperio Anfi, ahora compartido con Santiago Santana Cazorla, pero últimamente prefiere ver a los burros en su corral. Quizá sea por la edad, acaso por la necesidad de ver realizados sus proyectos últimos junto a sus nuevos socios, pero el caso es que ha cedido ante lo que considera la evidencia cercana, que viene a ser los que él cree que mandan y mandarán. Tanto es así, que en su libro conmemorativo de su octogésimo cumpleaños, aparecen como firmas invitadas nada más y mada menos que José Manuel Soria y José Carlos Mauricio. Haciendo un esfuerzo, lo comprendemos, ambos son huéspedes asiduos de Anfi, y ambos tienen mando en plaza. O lo aparentan, porque Lyng, comúnmente mal asesorado, se ha olvidado del PSOE. ¿O se acordará en el último minuto? Mira que Costas vigila, y las concesiones tienen fin.