No es mala del todo la noticia de que el par de abogados que conforman Justicia y Ansiedad haya decidido retirarse como acusación particular del desmesurado sumario del llamado caso Guillén. Tiene razón la abogada Josefina Navarrete cuando se queja de que lo hayan hecho ahora, trece años después de estar montando numeritos por un caso que es el chocolate del loro y mirando para otra parte con los auténticos escándalos de la nacionalidad. Conociendo a los personajes que forman parte de este colectivo comprendemos la estrategia: ante la expectación de un juicio, con tanto periodista y tanta cámara, es el momento para anuncio tan apoteósico y la denuncia por la lentitud de la Justicia. No nos vale a nosotros, a los que creemos en la inocencia de Carmelo Padrón, al que se ha hecho un daño político y personal absolutamente desmedido e injusto. Felicitamos a todos los miembros de Justicia y Ansiedad, que tomaron tal decisión en una de esas asambleas que celebran en una cabina de teléfonos de tantos que son.